Quantcast
Channel: ARS OPERANDI
Viewing all 264 articles
Browse latest View live

Imposturas. Modos de hacer arte.

$
0
0
Cómo hacer virtual una exposición.


A. L. Pérez Villén / Ars Operandi

Anne Berning: Kunstbücher, 2006-2012. Óleo sobre lienzo, medidas variables. Cortesía de la artista y Galería Espacio Mínimo

 Un día en el jardín. 
Flores abstractas".1

 “Con una lógica 
tanto más absurda 
cuanto más rigurosa.2

Hay muchas maneras de hacer una exposición y la mayoría de ellas las conozco por haberlas experimentado, sin embargo hay una que me llama especialmente la atención, la que se despliega sobre el papel, la que se plantea y resuelve desde las dos dimensiones del formato del libro, el catálogo o la revista de arte pero que no tiene vinculación alguna con nada objetivo, con ningún dispositivo físico o expositivo. Dicho con otras palabras, una exposición que no es tal exposición, una exposición que sólo existe en el papel que la hace explícita, una muestra de la que sólo hay catálogo. Pues bien, me tentaba la experiencia, aunque por diversas razones no había tenido ocasión de hacer ninguna. Ahora ha llegado el momento, un proyecto que no recibe el apoyo necesario para poderse materializar, el paso del tiempo que confirma las peores sospechas no va a salir adelante, el trabajo realizado previamente antes de producir la exposición y el deseo de que finalmente vea la luz, me han decidido a hacerla. Voy a hacer la exposición, sin necesidad de patrocinio alguno, sin sala donde mostrar la obra de los artistas. Voy a hacerla virtual para que todos podamos disfrutarla. 

Antonio Blázquez: Serie Libro abierto, 2010 Mixta sobre papel, dimensiones variables. Cortesía del artista

Y según sucede en la realidad, una exposición virtual como Imposturas. Modos de hacer artetambién tiene sus ventajas e inconvenientes. Ya se sabe que la experiencia directa con la obra se pierde, también el diálogo, el guiño o la tensión que se establece entre ellas. Un diálogo que resuena en el acto de la percepción y en el que se interviene mentalmente, durante y después de realizar la visita a la exposición. Las ventajas son de otra índole, no hay horario y no hay que guardar cola, nadie te impide la visión de las obras, nadie interfiere con su presencia y tú puedes modular a ti gusto la intensidad y la duración de la visita, aunque que no se trata de una exposición interactiva en la que el público puede modificar e interactuar con las obras. No me gusta engañar a nadie.

 James Casebere : Landscape with houses (Dutchess County, NY) #1, 2009 Impresión digital cromogénica, dimensiones variables. Cortesía del artista
La exposición que os presento tiene, además de una razón de ser, un precedente. Todo comienza con el ciclo de exposiciones Córdoba en el arte contemporáneo 3 en el que la pauta de trabajo fue abordar desde un punto de vista expandido temas y géneros habituales de la creación reciente, agrupando en una misma exposición autores locales y foráneos. Valga como ejemplo de la metodología empleada la decisión de replantear el género de la naturaleza muerta 4, entendiendo por ésta no sólo la amplia tipología testada por la tradición, sino todo tipo de mediación que viniese a interferir en el ámbito de lo inmediato, reificando la realidad resultante como hecho artístico y manteniendo en suspenso, en pausa terminal, la ficción de la representación. Después de las tres exposiciones del ciclo Córdoba en el arte contemporáneo vino la muestra Máscaras, camuflaje y exhibición 5, que insistió en un planteamiento similar: el concepto de máscara estaba presente bajo la piel de las obras que integraban la exposición, pero no resultaba explícito ni evidente a primera vista. A continuación Discursos interrumpidos 6reunió una serie de trabajos de artistas con una clara vocación de comunicación, si bien ésta se manifestaba interrumpida intervenida, interferida por la diversidad de los códigos empleados. Le siguió Confabulaciones 7, en la que se trató de abordar la complejidad de las representaciones de lo real. La última de este ciclo fue El resto. Superfluos y utópicos 8, que intentaba poner de manifiesto maneras diversas de asumir el compromiso artístico en la actualidad, señalando qué puede resultar gratuito y qué tremendamente necesario. 

Thomas Demand : Copyshop, 1999. Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, Cáceres. ©Thomas Demand. VG Bild Kunst, Bonn 
Imposturas. Modos de hacer arte se inserta en esta línea de trabajo. No es sólo tratar de evidenciar una serie de mecanismos y operaciones que cursan en la creación contemporánea como explicaré más adelante— sino hacerlo desde el contexto propio de nuestros artistas. Esta es la doble razón que siempre ha movido este tipo de exposiciones: evidenciar algunas de las claves (técnicas, disciplinares, temáticas y/o conceptuales) que enhebran el arte actual y mostrar el trabajo de los artistas cordobeses en este mapa de situación de la creación artística contemporánea. Los artistas que se han seleccionado para este propósito son: Anne Berning, Antonio Blázquez, James Casebere, Thomas Demand, Joan Fontcuberta, Ángel García Roldán, Regina de Miguel, Jorge Molder y Marta Soul. ¿Qué les hace partícipes de esta empresa, qué cohesiona la exposición? Lo habitual es que su producción, al organizarse en conjuntos de obras, adopte el protocolo del trabajo procesual o serial en torno a intereses plásticos específicos o temas concretos. Son artistas que organizan su labor creativa con el aliciente de culminar un objetivo que se extiende a todas las obras de la misma serie, que recurren de manera sistemática a evaluar los rendimientos y a sopesar las soluciones empleadas, que regulan el flujo de la creación gracias al control normativo de los procedimientos y disciplinas utilizados.

Joan Fontcuberta. Sirena del Tormes, 2006. Cibachrome. Cortesía del artista
Desde este punto de vista Imposturas. Modos de hacer arte, podría entenderse como una exposición procesual, como una muestra que se centra en hacer evidentes los procesos que cursan y materializan las obras expuestas. Pero esta finalidad no es la única que pretende la exposición, el propio título ya anticipa otra inflexión semántica además de la meramente procesual y sobre la que ahora quiero incidir. Me refiero a la impostura, pero ¿no es acaso todo el arte una impostura?, ¿no se sitúa el origen de la pintura en el hecho de una flagrante impostura 9? Si aceptamos que el arte es fundamentalmente impostura ¿qué viene a aportar una exposición que recurre a ella para nombrarse? ¿No sería una redundancia innecesaria? Hemos de admitir que buena parte de lo que conocemos como arte parte de la impostura que supone toda representación, pero también es cierto que desde mucho antes de las vanguardias históricas se viene postulando el ejercicio artístico como una actividad absolutamente desvinculada de la representación (referencial) de la realidad. Por lo tanto y a partir de entonces ya más de una centuria la realidad del arte ya no es la misma realidad en la que nos movemos. Una cuestión distinta es que durante y después de los episodios de las vanguardias y de la modernidad el arte haya seguido manteniendo lazos estrechos con la representación las coordenadas de la realidad en la que nos movemos los mortales. Pero al margen de esta digresión lo cierto es que, con todo, no es esta la línea de trabajo que quiere esbozar la exposición, por lo cual lo más sensato es dar un rodeo impostando la voz- y hablar de imposturas. 


Ángel García Roldán : Prologue to a perfect human. V2, 2010 Vídeo monocanal. 9´21´´ DVD PAL Vera Icono Producciones.
 
Para empezar os puedo decir que conozco algunas personas para las que la impostura es un todo un arte, pero son muchos los artistas que creen que el arte es ante todo impostura. La prueba nos la ofrece Plinio en la antigüedad y desde entonces está rodando. Sabemos que la impostura es una fusión de dos realidades dispares, en la que una de ellas prevalece pero con los rasgos compartidos de ambas. Una impostura es una confusión de dos identidades en un mismo plano de la realidad, una mixtura de contrastes en ocasiones espuria, a veces cabal pero siempre excitante— que componen un doloso crisol en el que las apariencias engañan. Doble en español, double en francés e inglés, sosia en portugués, doppelgänger en alemán, vardøgr en la mitología nórdica... son términos que se utilizan para hablar de esa disociación de la personalidad en la que la identidad del individuo se ve escindida, desplegada, doblada por otro ente que llega a usurpar su propia identidad. Pero también hay otro tipo de imposturas, no todo son deseos de hacerse pasar por otra persona, vivir bajo otra piel, amoldarse a un personaje como un guante. Hay casos de impostura en los que no se pretende usurpar identidad alguna sino simplemente crear una realidad, lo más tangible y veraz, en la que sea posible desarrollar una historia de espaldas a la realidad objetiva y contingente en la que vivimos. 

Regina de Miguel : El aire aún no respirado, 2008 Instalación de maquetas de madera, pantallas de retroproyección y animación 3d. Dimensiones variables. Cortesía de la artista
Roberto Bolaño en La literatura nazi en América crea un corpus ficticio de escritores y obras inexistentes pero que dicen mucho acerca de la creación escrita y de sus implicaciones morales. Y en Estrella distante crea un personaje, Alberto Ruiz Tagle, poeta y aviador, vanguardista y fascista, que viene a suplantar en la ficción al verdadero Carlos Wieder, piloto de la Fuerza Aérea de Chile, que participa en la represión auspiciada por Pinochet cuando toma al asalto el poder de la república. La poetisa argentina Betina Edelberg publica en 1960 Imposturas. Sarah Burton escribe Impostores, un libro en el que analiza y da a conocer múltiples casos de personas que han decidido suplantar una identidad falsa. Dos años más tarde, ya en el siglo XXI, John Banville escribe la novela Imposturas, pero es la titulada Intocable y publicada tres años antes la que nos interesa, porque narra las peripecias de un agente doble al servicio de Moscú. Un agente, que parte del que realmente existió (Anthony Blunt) que es el responsable del mayor golpe asestado al gobierno británico durante el siglo pasado. Alan Sokal y Jean Bricmont publican a finales del pasado siglo Imposturas intelectuales, un libro que arremete, entre otras cosas, contra el relativismo científico derivado del postmodernismo. 

Jorge Molder : Serie Pinocchio #15, 2006-2009 Tiraje digital sobre papel Arches de 640 gr. 151 x 102 cm. Cortesía del artista y Galería Oliva Arauna
Por su parte, Santiago Gamboa escribe en 2002 la novela Los impostores, que es una disparatada narración en la que intervienen tres personajes que, bien por oportunismo o confusión, se ven abocados a adoptar una identidad que no es exactamente la suya. Y Enrique Lihn relata en “Eva” Tigre de Pascua una impostura: la de de Alcides Lima como Eva Montes. Una impostura que sucede en la sociedad chilena del pasado siglo. Como despecho al matrimonio que Eva contrae mientras Alcides se forma en Europa, éste decide a su vuelta concebir una obra de arte intermitente y secreta que consiste en pensarse como ella, para lo cual se trasviste y adquiere su gestos, imposta su estilo, escribe sus cartas e incluso ruega que, una vez muerto, sus cenizas cubran e impregnen la piel de Eva. Enrique Lihn es un escritor chileno que expandió el ámbito de la poesía y por extensión de la escritura a otros universos ágrafos, dando lugar, además de textos en prosa de difícil catalogación, a todo tipo de acciones y conjuras contra la dictadura y los poderes establecidos. Películas con temática de impostura o de desdoblamiento de personalidad se suceden en la cartelera, lo cual demuestra la amplia repercusión popular que posee el fenómeno: Fake, Doppelganger, El otro, El resplandor, Impostores, Atrapa un ladrón, La vida de nadie, Sospechosos habituales, El club de la lucha, La mitad oscura, El ladrón de orquídeas, Cisne negro... 
Marta Soul : Serie Wellhome, 2007 (Daniela Aravena, Chile). Fotografía © Marta Soul, cortesía Galería Espaivisor

 Pero volvamos a la tesis de la exposición para abordar sin más dilación el sentido de Imposturas. Modos de hacer arte. Hemos planteado tres hipótesis de trabajo: 

Primera hipótesis: la impostura como temática. Los artistas seleccionados analizan y desarrollan planteamientos en torno a la problemática del individuo entendido como crisol de identidades, como limen donde se orillan los perfiles de la identidad. (Antonio Blázquez y Ángel García Roldán). Esta hipótesis de trabajo admite otra variante en la que se abordan cuestiones sobre el doble como reflejo especular de la identidad escindida (Jorge Molder y Marta Soul). 

Antonio Blázquez, artista cordobés de última hornada que ya cuenta con algunos premios y distinciones y fascinado confeso del mestizaje de la imagen gráfica y la grafía, el dibujo y la pintura, lo impreso y lo tatuado, desarrolla una obra que puede presentar diversas formalizaciones, por lo general serializadas o componiendo mosaicos vigorosos y caóticos, entre cuyos pliegues se solazan identidades múltiples a la búsqueda de huéspedes. Así se pone de manifiesto en propuestas como “Los datos consignados en el presente modelo tendrán la protección derivada de la Ley Orgánica 15-1999”, “Todo lo que podría haber sido” y “Libro abierto”, soportes simbólicos de una suerte de diario rizomático donde vienen a sedimentarse gestos y huellas de un individuo que se reinventa a sí mismo. Ya no se trata tanto de la impostura entendida como estrategia sino como terapia, como el motor que sustenta el artificio de la experiencia y el estímulo que corona una existencia degradada, la máscara y el camuflaje. Es el suyo un trabajo orgánico, rico en excrecencias, bucles y reenvíos, de ahí el rizoma, lo cual le añade un carácter abierto e inconcluso que casa muy bien con lo cooperativo de su formalización. Y esto transmite la impresión de compartir cierto espíritu relacional (Bourriad), como acertadamente apunta Jesús Alcaide 10

Antonio Blázquez : Serie Los datos consignados... Cortesía del artista
Ángel García Roldán también es un joven creador cordobés que ha recibido algunos premios y becas y que se mueve entre distintas disciplinas, profundizando en especial en el campo del video. Obras suyas están continuamente en cartel en sucesivas muestras de video de creación y exposiciones multimedia. Las obras que hemos seleccionado para la exposición, que tienen un marcado acento performativo, abundan en el análisis del sujeto contemporáneo y en ellas la impostura no se advierte como una decisión consciente de quien se enfrenta a la pantalla y se desnuda a la búsqueda de rastros que confirmen la pertinencia o el sedimento de una identidad. Más bien se trata de ejercicios rutinarios afeitarse ante un espejo, desnudarse, lavarse, volverse a vestir y desaparecer a cielo abierto que solapan mecanismos de introspección en los que el individuo se presta a la posibilidad de ser otro, a ser espectador de su propia transformación (“Prologue to a human perfect”) o a sucumbir a la evidencia de la perpetua mudanza, al pulcro ritual de la extrañeza (“El hombre que nunca existió”). “Me pregunto si los demás sienten lo mismo que yo, que me parece que nunca estoy del todo presente allí donde estoy, y no me veo como una persona tanto como una contingencia, desplazada y errante en el tiempo” 11

 
Ángel García Roldán : The man who never was, 2010 Vídeo monocanal. 


Jorge Molder, artista portugués (Lisboa, 1947) que es todo un clásico de la fotografía, habitual de los circuitos artísticos internacionales y autor de una obra con una intensidad emocional y conceptual abrumadoras. Para la exposición hemos seleccionado las obras que componen su Serie Pinocchio, en la que resulta difícil discernir entre la realidad y la impostura. Surgida de manera espontánea y vinculada casualmente a nuestro país, la serie trata un tema central de su obra : el del doble o de los replicantes, como le gusta llamarlo al artista. Suele ser habitual que el rostro de Molder describa en su obra un amplio repertorio de efímeros paisajes psicológicos que tornan de una serie a otra y que componen un fresco topográfico del sujeto contemporáneo, pero lo es menos que el propio artista se descubra en el proceso de recrear no ya una faceta de su identidad como la réplica espuria de sí mismo. Y digo espuria porque en el reflejo no hallamos las referencias que son habituales en su semblante y porque esa segunda piel que constituye toda máscara tiene más vida que la horma que la sustenta. ¿O es al revés? Lo cierto es que el artista ha hecho bien en titularla así, porque ya no se trata de un desdoblamiento sin más, de una nueva impostura, sino de un paredro cortazariano con cierta autonomía para desdecir de su origen. 


 Jorge Molder : Serie Pinocchio #20, 2006-2009 Tiraje digital sobre papel Arches de 640 gr.  Cortesía del artista y Galería Oliva Arauna
Marta Soul, artista madrileña (1973), fundadora de la agencia de fotografía Nophoto, trabaja en torno a lo que se conoce como fotografía construida y está interesada en el análisis de las apariencias en la sociedad actual y en cómo éstas influyen y en ocasiones determinan cuestiones relacionadas con la identidad social, sexual de los individuos. Sus fotografías de la serie Wellhome son un buen ejemplo de ello. Si nadie posee más información que la brindada por las imágenes hay que reconocer que se trata de una serie de retratos de mujeres en un ambiente doméstico de clase media, que podría apuntar a lo que se entiende por un contexto de bienestar social propio de las sociedades occidentales (antes de la crisis). Nada más lejos de la realidad porque son mujeres emigrantes que han sido resituadas en un escenario impostado que reproduce las coordenadas de la sociedad del bienestar a la que no pertenecen. Por tanto la serie es una suerte de fotoperiodismo invertido, ya que testimonia la situación social y económica de una serie de mujeres desplazadas y sus deseos por lograr la integración, pero sin echar mano de los registros discursivos canónicos y prescindiendo del complejo de culpa (políticamente correcto) como del victimismo. Fidelidad a la persecución de un ideal, a la realidad de un desdoblamiento de la realidad al deseo, que enmascara las heridas de la experiencia y disemina los pilares de la identidad. 

Marta Soul : Serie Wellhome, 2007 (Linda Mussa, Liberia). Fotografía © Marta Soul, cortesía Galeria Espaivisor

Segunda hipótesis: la impostura como espacio fronterizo donde convergen retazos de realidad y la proyección invertida, desfasada, desfondada de ese otro campo liminar que está fuera de cobertura, en el que no rigen los preceptos ni el ritmo que son habituales a este lado de la realidad. No es tanto una ficcionalización de la realidad ni una impostura tampoco una hiperrealización derridiana como la licencia para escenificar o representar situaciones, paisajes y objetos cotidianos, pero bajo otra visión. Hablamos de operaciones que hacen de la impostura el marco propicio desde el que proyectar una visión sobre la realidad que provoca significativos desajustes de escala, de tiempo, de función... lo cual libera la mirada y genera imágenes que distorsionan desprejuiciadamente la referencia de la que parten. En cualquier caso e incluso con el ruido y las interferencias que ocasionan, dichas visiones nos proporcionan mucha mayor nitidez de lo que acontece a este lado del espejo que las ordinarias (Anne Berning y Regina de Miguel).

Anne Berning es una artista alemana que ejerce la docencia de la pintura en la Academia de Bellas Artes de Mainz y cuya obra comienza a ser frecuente en la escena española. Las pinturas de Berning no ocupan el espacio asignado tradicionalmente a la disciplina, las suyas se pueden situar sobre una mesa, adoptar formatos y dimensiones poco usuales, apoyarse sobre la pared... y además tienen como temática la Historia del Arte, concretamente la propia pintura. En la serie Kunstbücher representa los cantos de libros y catálogos de arte que simulan a gran escala los volúmenes de una incompleta enciclopedia sobre la Historia de la Pintura. Que nadie piense que se trata de un ejercicio de estilo; es decir, pintar una serie de objetos reales que tratan sobre la pintura. Nada de eso, los libros y catálogos de Berning sólo existen como tales en su obra, pues aunque remiten a artistas, estilos y tendencias reales, apuntan a una realidad impostada. En sus manos la pintura cobra una doble misión, la de hablar de sí misma a través de un vehículo el libro o el catálogo que lejos de fidelizar lo que representa reduplica la impostura 12. Y con ello apunta tanto a la inflación de las obras maestras de la pintura como a la estrategia del simulacro (Baudrillard 13) que permuta realidad por apariencia, privando a la disciplina de su capacidad de sugestión. 

Anne Berning : Serie Kunstbücher, 2006-2012 Óleo sobre lienzo, medidas variables. Cortesía de la artista y Galería Espacio Mínimo

Regina de Miguel es una artista malagueña (1977) que vive y trabaja en Berlín, desde donde desarrolla una interesante obra que no repara en distancias disciplinares, pues conjuga el dibujo, la pintura, la fotografía, el vídeo y la instalación. Para la exposición hemos seleccionado algunas piezas de dos series de obras: El aire aun no respirado y Report. Series en las que el espacio y el tiempo se comportan como dos incógnitas de una ecuación reversible que no distingue entre pasado y futuro, real y virtual, presencia y reflejo, porque no son más que distintas manifestaciones de un mismo continuo, las proyecciones solapadas de una misma experiencia, el escenario donde convergen la realidad y la memoria. Por eso estas obras son tan seductoras, permanecen abiertas a la espera de ser habitadas. No ocultan la tramoya sino todo lo contrario, evidencian y consignan los mecanismos de la representación con el propósito de dotarse de sentido, parten de realidades palmarias para configurarse como escenarios de ficción que puedan acoger nuestras proyecciones. Son como las constelaciones en el firmamento, el espacio ideal donde anclar la mirada, dejar la mente a la deriva y zambullirse en la piscina del cielo, donde los antiguos fijaban el paraíso, otros el infierno, “el sitio exacto de nuestras raíces a la vez que el lugar preciso donde sucederá el final de nuestras vidas. Todo al mismo tiempo. Principio y final” 14


Regina de Miguel. Report, 2009. Fotografía en blanco y negro, 97x130 cm. Cortesía del artista

Tercera hipótesis: la impostura como ejercicio saludable para el espíritu artístico. Aquí convergen las poéticas de James Casebere, Thomas Demand y Joan Fontcuberta, si bien en cada caso con unos intereses diferentes. Lo que para uno es el requisito para otorgar credibilidad o verosimilitud a una realidad construida como reflejo especular de la que se origina en los media o la que reside en las ideas arquetípicas de la comunidad (Casebere / Demand), para otro es seguimos refiriéndonos a la impostura la única metodología posible de trabajo. No hay otra salida que enfrentarse a la realidad y recrearla, quizás utilizando los recursos y procedimientos establecidos para ello, pero con la libertad suficiente para ofrecer esa otra lectura sobre el entorno que justifique la obligación de reinventarlo (Fontcuberta). Mientras que los dos primeros mimetizan la realidad hasta el extremo de superarla en verosimilitud, logrando escenografías virtuales que resultan más creíbles y sugestivas que las originales, a Fontcuberta no le interesa competir con la referencia pues crea su propia realidad a expensas de aquélla.

James Casebere es un artista norteamericano (Michigan, 1953) que goza de amplio reconocimiento internacional y del que nos interesan particularmente sus últimos trabajos. Se dio a conocer con un tipo de fotografía construida a base de maquetas realizadas con yeso, papel y plástico, convenientemente iluminadas e inundadas de agua para lograr una atmósfera ambigua y opresiva, lo que dotaba a sus túneles y galerías de una cierta irrealidad o les confería la extrañeza de los espacios oníricos. Ahora está mas cerca del color, ha aumentado notablemente la escala de sus maquetas y éstas representan espacios abiertos, concretamente los que remiten al sueño americano. De nuevo la impresión de una realidad ficticia vuelve a imponerse en la lectura de estos espacios de casas con tejados a dos aguas y jardín particular, desperdigadas por una suave colina y con una iluminación sol rasante o a plomo, atardecer con viviendas iluminadas que debe mucho al cine (decorados). Si las imágenes de interiores inquietan el ánimo por el ominoso horizonte que nos presentan, estas cándidas celdas del estado de bienestar 15 nos enfrentan a la experiencia de la madurez: decidir entre vivir recluido en un mundo ideal privados de las regalías de los sentidos y los bienes materiales que no oculta la acechanza del peligro o sucumbir a la indolencia y aceptar las convenciones de la realidad a sabiendas de que todo es puro teatro. 

James Casebere : Landscape with houses (Dutchess County, NY) #3, 2009 Impresión digital cromogénica. Cortesía del artista

Thomas Demand es un artista alemán (Munich, 1964), habitual de la escena internacional, con una obra fotográfica muy interesante que elabora a partir de maquetas de papel y cartón y en las que se representan escenas de interior que nos resultan muy cercanas. Maquetas realizadas a partir de imágenes de origen mediático y cuya principal característica es que no exhiben singularidades sino todo lo contrario; es decir, espacios amueblados y decorados de manera estándar. Maquetas que son fotografiadas y en las que el artista no pretende ocultar la tramoya que sostiene la impostura, por lo que si se escruta con rigor la imagen es habitual que se adviertan las fisuras que les privan de credibilidad. No obstante, la aséptica iluminación y la eliminación de cualquier tipo de ornato y detalle existente en la matriz original aportan a la fotografía resultante la contumacia de lo esencial. Casi podría decirse que Demand se mantiene fiel a la memoria y que desdeña la realidad 16. No estoy muy seguro de ello, creo que es algo más complejo. Lo que sí me parece evidente es su interés por aludir a la banalidad que opera en los media, que vuelcan una imagen de la realidad que no es ni real ni objetiva. Y que su obra profundiza en este abismo, reflejando mediante la ficción y el simulacro las costuras de la experiencia de lo cotidiano. Ante la realidad impostada de los media, ración doble de farsa y que nadie se llame a engaño pues todo salta a la vista. 

Thomas Demand : Embassy, 2008 C-Print/Diasec, 186 x 20 cm. © Thomas Demand. VG Bild Kunst, Bonn


Joan Fontcuberta es un clásico de la vanguardia fotográfica española, con numerosas distinciones Caballero de las Artes y las Letras, en Francia, Premio Nacional de Fotografía y de Ensayo, en España y con obra repartida en colecciones y museos de todo el mundo. Para la exposición hemos seleccionado la serie Sirenas (2000), en la que el artista vuelve a replantearse las cualidades objetivas, testimoniales, documentales de la disciplina para llevarlas a su terreno y darnos a conocer con su célebre ironía y buen hacer una nueva clase de animal, mitad hombre, mitad pez. Este empeño que no es nuevo en su carrera sino que constituye el eje central sobre el que discurre su trabajo, es particularmente atractivo en la serie elegida que evoca la célebre Fauna en la que el artista no se contenta con suministrar imágenes que prueban la existencia de animales fantásticos, también aporta los ensayos científicos (paleontológicos, biológicos, antropológicos) en los que se sustentan, rubricados por eminentes celebridades de cada campo de estudio y cuyas iniciales suelen coincidir casualmente con las del autor. En esta serie se testimonia el hallazgo de restos fósiles del animal en cuestión (Hidropythecus) en las riberas del rio Tormes, en España y en otras localidades francesas. La documentación aneja es del doctor Jean Fontana, quien viene desarrollando bocetos y textos desde mediados de los años 40 y 50 del pasado siglo 17


Joan Fontcuberta :  Sirena del Tamaron, 2006. Cibachrome. Cortesía del artista

Coda final: aunque son todos los que están, no están todos los que son. Quiero decir que no es posible ni entraba en los propósitos de esta exposición atender y dar cuenta de los artistas que trabajan en torno a la impostura. Una imposibilidad que en el caso de una muestra materializada en su contexto habitual resulta comprensible por las limitaciones que impone el espacio de exposición pero que también se entiende en un proyecto como este, donde no hay límites, porque la intención es mantener la vibración del eco. Sólo a modo de otras incorporaciones al proyecto podemos adelantar nombres de artistas que también se interesan por la impostura. No podían faltar en un proyecto como este la norteamericana Cindy Sherman o la francesa Sophie Calle porque además de ser excelentes creadoras imprescindibles en cualquier panorama del arte desde finales del siglo pasado son sofisticadas artistas de la impostura, responsables respectivamente de un extenso repertorio de figuras e identidades múltiples en torno a lo femenino y de un diario biográfico (ficticio) azaroso, diría Auster; voluble, Vila-Matas sobre la condición femenina. También tendría cabida el japonés Yasumasa Morimura, impenitente usurpador de personajes históricos y protagonista de célebres escenas artísticas, el catalán Carles Congost, camaleónico impostor e insaciable devorador de mitos o la británica Christine Borland, que nos confunde con sus personajes entre la realidad (vital) y la ficción (inerte). O incluso otro tipo de imposturas, las que afectan a disciplinas y procesos de creación, como sucede con artistas como el brasileño Vik Muniz o el alemán Philipp Fröhlich.


1 Eloy Tizón : Labia, Editorial Anagrama, Barcelona, 2001, pág. 31. 
2 Enrique Lihn : “Agua de arroz”, en Tigre de Pascua, Editorial Algaida, Cádiz, 2002. Pág. 16. 
3 El ciclo fue producido por la Diputación de Córdoba y contó con tres exposiciones celebradas entre 1997 y 1998 : Geometrías en suspensión, Figuras contaminadas y En Pausa. Ficciones del natural. Los artistas participantes en el ciclo fueron Hashim Ibrahim Cabrera, Miguel Ángel Campano, Gerardo Delgado, José Duarte, Jacinto Lara, Carmen Osuna, Fernando Sinaga, Juan Uslé, José María Córdoba, Susy Gómez, Curro González, Julia Hidalgo, Francisco Leiro, Rafael Navarro, José Carlos Nievas, Pepa Rubio, Tete Álvarez, Joaquín Ivars, Manuel Muñoz, Miguel Rasero, Antonio Sosa, Ignacio Tovar, Valentín Vallhonrat y Antonio Villa-Toro. 
4 Se planteó en la exposición En Pausa. Ficciones del natural. 
5 Participaron los artistas Christian Boltanski, Chema Cobo, Pepe Espaliú, Leonel Moura, Georges Rousse y Cindy Sherman. 
6 En ella se mostraron obras de José María Báez, Joan Brossa, Jordi Colomer, José María García Parody, Eva Lootz, Rogelio López Cuenca, Perejaume y Francisco Salido. 
7 Reunió obra de Ángeles Agrela, Manolo Bautista, Nieves Galiot, Chema Lumbreras, Enrique Marty, Carlos Pazos, Liliana Porter y Matías Sánchez. 
8 Las tres últimas exposiciones fueron producidas merced a un convenio de colaboración entre la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, la Universidad de Córdoba, el Ayuntamiento de Córdoba y una entidad de ahorro. En El resto. Superfluos y utópicos estuvieron representados Lara Almárcegui, Fernando Baena, Florentino Díaz, Javier Flores, Priscilla Monge, Leonel Moura, Jesús Palomino y Baltazar Torres. 
9 El origen no es otro que el ofrecido por Plinio en su libro XXXV de su Naturalis Historia. Según el erudito romano el primer artista fue una mujer que pintaba sombras: una doncella corintia, hija del ceramista Boutades, oriundo de Skion, dibujó la silueta de su prometido que debía abandonar la ciudad para cumplir con sus compromisos militares. Partiendo de la sombra de su cabeza proyectada en la pared y gracias a una vela, dibujó a su amado. Luego su padre rellenó la sombra con arcilla y modeló la cara en relieve, de manera que su hija tuviera un recuerdo de su amado y se consolara en la soledad. 
10 Renglones torcidos, juegos secretos y algunos sentimientos compartidos. Galería Tula Prints, Córdoba, 2009. http://antonioblazquez.blogspot.com.es/2009/03/libro-abierto.html 
11 John Banville : Imposturas, Editorial Anagrama, Barcelona, 2005. Pág. 54. 
12 Joachim Jäger : “El ABC de la pintura. Anne Berning y la historia del arte”, en Anne Berning. Enciclopaedic incompleteness. CAC Málaga, 2007. 
13 Cultura y simulacro. Editorial Kairós, Barcelona. 
14 Rodrigo Fresán : El fondo del cielo. Debolsillo, Barcelona, 2011. Pág. 259. 
15 Ángel Calvo. http://dardonews.com/dardonews/exposicion/james-casebere-el-mundo-vigilado. 
16 María Gainza : “Las inquietantes maquetas de Thomas Demand”, en Radar, 2 de octubre de 2005. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2544-2005-10-05.html 
17 “No podía sino admirar mi propia actuación.¡Menudo fabulador estaba hecho; menudo artista!”. John Banville : Imposturas, Editorial Anagrama, Barcelona, 2005. Pág. 53.

Bookmark and Share

S.O.S Encina Milenaria | Javier Flores - Juan Cantizzani

$
0
0


TRIBUNA ABIERTA
Fotografías de Inma Villa y Javier Flores

Javier Flores-Juan Cantizzani / para Ars Operandi 



SOS es la señal de socorro más utilizada internacionalmente, adoptada en Berlín en 1906. En principio las letras SOS no tienen ningún significado asociado y se escogió esta representación debido a que podía ser radiada fácilmente en código Morse como una sucesión de tres puntos, tres rayas y tres puntos; y debido a su simpleza era improbable que se perdiera o malinterpretara pese a las interferencias.

Partiendo de esta señal como concepto, el artista visual Javier Flores ha realizado una intervención con registros de campo de  Juan Cantizzani  con la intención de manifestar la situación de deterioro que sufre la Encina Milenaria de Llanos de Don Juan (Rute, provincia de Córdoba), declarada Monumento Natural por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La Encina padece una impresionante fractura de unos 3 m de longitud en una de sus ramas principales, así como una enfermedad en las hojas que ha provocado la fuerte caída de las mismas. Todo ello ha sido puesto en conocimiento de las autoridades medioambientales, sin que hasta la fecha haya habido una respuesta o acción de las mismas.

La intervención pretende, más allá de lo artístico, dar a conocer el disminuido estado de salud de este verdadero prodigio de la naturaleza, uno de los símbolos principales de las Sierras Subbéticas, exigiendo mediante esta señal SOS la atención que este ser único y excepcional requiere por parte de los técnicos de medio ambiente, reclamando se diagnostiquen los deterioros producidos y se acometan labores para sanarla.


Fotografías de Inma Villa y Javier Flores

En su intervención, Javier Flores utiliza como material gráfico la gran cantidad de hojas secas que se han desprendido del árbol, y como soporte el propio suelo bajo el árbol. Auxiliado exclusivamente de un rastrillo y sus manos, fue acumulando durante el transcurso de una hora, varios cientos de kilos de hojarasca que formaban las tres letras SOS de manera que el hueco de la letra O rodeara el tronco de la Encina. Se trata de una intervención visual efímera, que no altera ninguno de los elementos naturales del entorno, de manera totalmente reversible. Con el transcurso del tiempo, las letras se van desdibujando por la acción del viento y la lluvia, así como por la caída de más hoja, hasta desaparecer reintegrándose en la apariencia habitual del entorno. 

Por su parte, Juan Cantizzani elabora una pieza sonora con registros de campo, empleando simultáneamente varios micrófonos aéreos y de contacto, registrando diversos planos sonoros generados por la intervención y eventos del entorno. Muestras procedentes de la actividad interna del árbol en sus ramas, raíces y grietas, rasgado y vibración del rastrillo sobre el suelo, disparos de cazadores, aves, insectos… además de la incorporación de varios comentarios del autor de la intervención Javier Flores. De este modo, la pieza pretende trasladar y extender la dimensión visual de la intervención mediante los diversos planos y eventos acústicos registrados.




Bookmark and Share

Gràfic. Dibujos de la Colección DKV en Sala Galatea

$
0
0

Una vista de la exposición Gràfic. Foto: Ana Castillero

Ana Castillero / para Ars Operandi 

Gràfic, la muestra de dibujo de la Colección DKV que se expone en Sala Galatea (Casa Góngora), enfila sus dos últimas semanas de exposición durante las que será posible contemplar una de las más importantes colecciones nacionales de dibujo contemporáneo.

La colección, según sus impulsores, “nace con el propósito de humanizar y hacer más saludable el Hospital de Dénia (Alicante), para crear entornos que expresen el lado positivo de la vida”. Se trata de una iniciativa llevada a cabo por la compañía de seguros DKV, a la que asesoran un comité de expertos formado, entre otros, por Juan Manuel Bonet, Juan Bautista Peiró y Alicia Ventura, comisaria de la exposición. La colección se propone desde sus inicios “como un discurso abierto, en el que se aborda la definición de este término en su concepto más amplio”. Los artistas son en su mayoría procedentes de la Comunidad Valenciana, conformándose una relación que incluye a Manuel Acedo, Antonio Alcaraz, Rosana Antolí, Aurelio Ayela, Antonio Ballester, Crajes, Andrea Canepa, Carlos Domingo, Almudena Lobera, Juan José Martín, Moisés Mahiques, Regina de Miguel, Sito Mújica, Xavi Muñoz, María Ortega, José Miguel Pereguíñez, Saelia, Joan Sebastián y Nieves Torralba.

Gràfic es una muestra que tiene como objetivo relacionar a todos los artistas presentes en ella mediante sus trabajos en dibujo, destacando por la diversidad de técnicas empleadas en esta disciplina. Más allá de los diferentes enfoques y estilos, el protagonismo que vuelve a tener el dibujo en los últimos años “reside precisamente en su sencillez extrema, en la humildad de un procedimiento que contrasta con el mundo que nos rodea, donde reina en ocasiones la desmesura tecnológica y el exceso de artificio. Frente a todo ello, resiste inalterable la fascinante capacidad de atracción del dibujo”, según Alicia Ventura.

Desde el punto de vista de las técnicas artísticas es interesante recordar la vigencia del dibujo en la actualidad como obra final, lejos de la función de boceto preparatorio o apunte que venía teniendo tiempo atrás, un auge que resurge en nuestro país en los años 50 y 60 del siglo XX. Además de esta importante selección de dibujos, muy distintos en cuanto a sus procedimientos, cobra fuerza la técnica mixta representada por obras de diversa índole como las realizadas a bolígrafo y rotulador por Aurelio Ayela, los paisajes industriales de Antonio Alcaraz en los que une lápices y pinceles o los carboncillos e impresiones de Joël Mestre, aunque también se exponen dibujos resueltos de forma tradicional, de grandes calidades plásticas, con obras como la de Ernesto Casero o Carlos Domingo, mediante el carbón como único instrumento, mientras que asimismo podemos atravesar la frontera entre el color o la tecnología frente al dibujo con los acrílicos de María Ortega o las infografías de Toño Barreiro.



Gràfic
Colección DKV de dibujo
Sala Galatea
Casa Góngora, c/ Cabezas 3, Córdoba
Hasta el 28 de octubre
Comisaria: Alicia Ventura

Bookmark and Share

Ángel García Roldán repasa su videografía en el CAC Málaga

$
0
0


Redacción / Ars Operandi

El artista cordobés Ángel García Roldán presenta hoy en el CAC Málaga y dentro del V Festival de Documentales Andaluces, Ciclos, una selección de sus trabajos videográficos realizados entre 2006 y 2012. La revisión forma parte de la programación de la novena Muestra de Cine Andaluz y del Mediterráneo Archidona Cinema que en esta edición rinde homenaje al cineasta serbio Emir Kusturica.

La producción videográfica de García Roldán comienza en 1999 con la obra Alguien te observa,  "una pieza realizada a partir de la apropiación de imágenes y sonidos de los distintos medios audiovisuales del momento con la idea de construir una especie de password-audiovisual en el que ninguna parte se correspondiera con su referencia original (grabaciones propias, documentos cinematográficos y emisiones de la televisión). Así, la estructura argumental solo podría entenderse en el todo de la pieza y la imagen recobraría su propio estatus de enunciado visual, frecuentemente unida al concepto y estructura de un guión-texto". La consideración del documento audiovisual como incitador único de la construcción narrativa conforma para García Roldán gran parte de su investigación artística que lo ha llevado  a interesarse entre otros por el género documental.  En este sentido resulta determinante su paso por la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en la Habana en virtud de la beca que convocaba el Ayuntamiento de Córdoba y los Premios Angel de Pintura.  Las producciones audiovisuales de Ángel García Roldán parten de un “noguión” y se aproximan "al hecho narrativo con la conciencia de la experimentación como única herramienta de trabajo".  Esta necesidad de "crear distintos estados de conciencia", lo  lleva a menudo a convertirse en el protagonista de sus puestas en escena. Un origen performático donde, "lejos de actuar, se muestra inmerso en ciertos estados de realidad que le ayudan a cuestionar su propia biografía planteando una estética del documento." Así las propias experiencias vitales son el material con que alimenta la "biovideografía" de su vida. Para el artista cordobés "la forma de construir y deconstruir cada documento mantiene su pulso con una narrativa que frecuentemente plantea estructuras cíclicas para reforzar el concepto temporal de retornum continuum en la imagen audiovisual".



La selección de obras arranca con The Preacher (2006), una reflexión sobre las paradojas del "hecho videográfico en cuanto a sus estados de “veracitud”. Para García Roldán "la inestable realidad de la cultura audiovisual actual nos plantea una estrecha distancia entre “lo real” (y por tanto veraz) y lo que no lo es (la ficción y su narrativa). Fechada en 2008 Narke, se basa en el mito de Narciso de Ovidio como metáfora para "propiciar el encuentro con lo otro, con lo distinto y lo lejano". The man who never was, (2010) gira en torno al "destino de un hombre que nunca existió", una videoperformance que utiliza el ralentizado con el objeto de "extender el tiempo y estructurar una escena pictórica que retrate a un humano contemporáneo en plena deriva existencial". Prologue to a perfect human, (2010) utiliza el video como metodo de introspección «...durante meses me deje crecer la barba y el cabello con la única certeza de que mi transformación era el autentico objeto de mi proyecto: después vendría el proceso inverso, solo que en este caso se resolvería en apenas unos minutos». Obras recientes fechadas este mismo año como The adverse effects of weighlessness, también aluden a la construcción/deconstrucción de la propia imagen como trasunto biográfico. Ligada al género de la videoilustración Fregoli, es una "bio-videografía en la que ninguno de los actores llegó a conocerse y donde cada una de las secuencias son en esencia realidades documentales de una metarealidad que hace posible vincular paralelamente la vida de sus actores". Completa el ciclo Five Fellini, a medio camino entre el videoclip y el found footage, utilizando secuencias de La Dolce Vita para abordar "nuevas narrativas que planteen discursos paralelos al del film original y demostrando la narrativa implícita de la propia imagen".



Bookmark and Share

Vik Muniz en CAC Málaga. El dibujo como tránsito de la imagen

$
0
0
Vik Muniz. Foto cortesía de CAC Málaga

A. L. Pérez Villén / Ars Operandi

Debo reconocer que la primera vez que me enfrenté a la obra de Vik Muniz me resultó poco interesante, un ejercicio propio de la deriva posmoderna que en un nuevo acto de brillante frivolidad nos obsequiaba con un producto tan huero como sofisticado. Sólo ha cambiado parcialmente mi parecer en estos años pues considero el trabajo del brasileño como uno de los más lúcidos y conceptuales de la escena internacional. Nada es lo que parece, mejor dicho, las apariencias engañan. Porque todo lo que vemos en su obra no simula ser otra cosa que lo que es. La cuestión parece centrarse en los mecanismos que hacen emerger la imagen. Y aquí hay que reconocerle al artista la virtud de la reflexión constante sobre su obra, que repercute en la consideración de su trabajo como una de las apuestas más fecundas entre las que indagan sobre las valencias actuales de la fotografía. Su obra, que está presente en la mayoría de museos y colecciones internacionales, es motivo de su primera retrospectiva entre nosotros (España y Europa), mostrándose en la sala malagueña un nutrido repertorio de series que jalonan su trayectoria.

Formado inicialmente como escultor, Muniz descubre su interés por la fotografía cuando está documentando su trabajo en tres dimensiones. Esta circunstancia ya delata por donde discurrirá su proyecto, cuáles son las herramientas que pretende testar y qué le interesa del arte. No hay ninguna duda sobre su disponibilidad para trabajar a caballo entre disciplinas –entonces fueron la escultura y la fotografía, más tarde acudirán también a la cita la pintura y la instalación- tampoco resulta vago su interés por despojar a la fotografía de su legado testimonial e incorporar ese estado transitorio en el que la disciplina se vio inmersa cuando apareció en el horizonte de las artes visuales. Me refiero a la dialéctica que se planteó en su relación con la pintura y al sentir general en torno a la necesidad de que ésta ya no podía seguir siendo la misma con la fotografía. Muniz viene a plantear que en la actualidad es la fotografía la que ya no puede ser la misma, habida cuenta de la inflación que la imagen (fotográfica) viene sufriendo desde los media y demás sistemas periféricos de producción de imagen. Por último, es en torno a ésta donde se fundan sus reflexiones e intereses artísticos.

The Rower, Equivalents, 1993

Prueba de ello es una de sus primeras series. Equivalents (1993), se compone de una serie de fotografías de pequeño formato en la que se reproducen imágenes de nubes; mejor dicho, de nubes de algodón. Cada una de las fotografías reproduce una forma de algodón que semeja una nube que a su vez semeja la imagen de otra cosa. La intención del artista es que el público sea consciente de su proceso perceptivo, que se involucre activamente en la lectura y disfrute de la fotografía (del arte), de manera que controle el proceso de derivación o tránsito entre la forma y su material (algodón), la representación de la obra (fotografía) y la sugestión o la apariencia de la imagen resultante (a qué se parece la nube). Y lo que sugiere Muniz es que las tres fases del proceso son viables y posibles pero de manera aislada. “Cuando vemos el algodón, nos quedamos sin nubes y sin imagen, cuando vemos la nube, nos quedamos sin los otros dos aspectos, etc”, afirma. Parece como si todo se resolviese mediante una serie de ejercicios de óptica recreativa, quizá sea así, pero la obra de Muniz no se reduce a este tipo de experiencias, porque además de fomentar nuestra competencia en la lectura de imágenes –apuntando a una de las posibles cualidades de la nueva fotografía– inocula en el proceso de aprendizaje otros muchos factores que nos ayudan a disfrutar de nuestro entorno (y del arte) desde perspectivas más amplias y diversas de las habituales.

Vik Muniz en CAC Málaga

Hay otra serie en la que Muniz vuelve a trabajar con nubes y que particularmente me resulta singular porque evoca una novela de Roberto Bolaño. En Cloud Cloud (1999) pictografía en el cielo de distintas ciudades norteamericanas la imagen (idea) o el esbozo de una nube, utilizando para ello el rastro de una avioneta, tal y como hace el poeta vanguardista chileno Carlos Wieder, a la sazón retorcido asesino fascista en Estrella distante. Pero Muniz alcanza la fama y el reconocimiento artístico internacional cuando dibuja y después fotografía no ya nubes sino imágenes residentes en el imaginario social, ya sean rostros de personajes célebres, iconos mediáticos o escenas de la Historia del Arte. Y para ello utiliza todo tipo de materiales, elementos con los que construye la imagen, con los que dibuja la escena, materiales heterogéneos como plastilina, azúcar, polvo, basura, diamantes, chocolate, caviar, restos de ordenadores, papeles recortados, salsa de tomate y de cacahuete, pigmentos, papel (collage), judías, objetos diversos, juguetes y muñecos, etiquetas de Pantone, tramas de imágenes impresas, alambre, rompecabezas, desechos, hilo, etc… Esta versatilidad de materiales implementa el interés de su autor por otorgar al dibujo la cualidad germinal que le posibilita a saltar de una disciplina a otra : “Es imposible llamar la atención sobre la simplicidad mágica de un dibujo sin recurrir a otros medios”.

Action photo, after Hans Namuth, Pictures of chocolate, 1999. Copyright Vik Muniz and The State of Hans Namuth/Vaga, New York

El dibujo es responsable de escenificar la matriz previa a la representación formal, el causante de la construcción de la imagen, mientras que la fotografía–obra que la culmina es su documentación. Por todo ello en la obra de Muniz –y parafraseando a McLuhan– no puede decirse que la fotografía (el medio) sea precisamente el mensaje, por mucho que su autor insista en los procedimientos disciplinares que cursan en su trabajo. Mediante la fotografía se replantea no sólo cuestiones intrínsecas al medio, también se incita a la absorción e inclusión de la pintura, el dibujo y la instalación en su seno. Es en esta tesitura donde el artista más disfruta. Su trabajo comporta dos modalidades : series cerradas y series abiertas. Las primeras requieren mucha concentración y esfuerzo –en palabras del artista– y es la temática la que determina los materiales y la técnica o el procedimiento para que se materialice, mientras que las series abiertas vienen dadas por la investigación con un determinado material o técnica y dan lugar a temáticas diversas, con las que su autor se halla más libre pues desconoce los resultados y el final del proceso. No obstante, si nos fijamos, existe un vínculo implícito entre material o técnica y temática que Muniz ha ungido en algunas de sus series, confirmando –pese a la insistencia, como decíamos, en lo disciplinar– que el medio no es el mensaje.

Big James sweets buckets, Sugar Children, 1996.

Así sucede cuando emplea azúcar para dibujar los rostros de los niños caribeños de San Cristóbal, cuyo semblante contrasta con la pesadumbre física y espiritual de sus padres, que laboran en plantaciones de caña de azúcar. En Imágenes de Tierra (1997) se invierte el proceso de la serie precedente, ya que la alusión a los ingredientes químicos de la película fotográfica (nitrato de plata) que determinaban un proceso de emergencia de la imagen blanco sobre negro se invierten, dando lugar a negro (tierra) sobre blanco. Las Imágenes de chocolate (1999) se prestan mejor –debido a la velocidad de procesado de su material– a dar cuenta de imágenes relacionadas con el medio pictórico. El polvo de las Imágenes de polvo (2000) delata la condición fronteriza del arte, como se pone de manifiesto cuando Muniz pone en cuestión la autonomía de la escultura minimalista al representar mediante el polvo de las salas del Whitney Museum algunas piezas de su colección. La basura del mayor estercolero de Brasil –Jardim Gramacho, en Rio de Janeiro– para las Imágenes de basura (2008) en las que se representan algunos de sus pobladores, como Carlao, Irma, Magna o Sebastião   Los diamantes para los personajes eternos de la factoría del cine, el caviar para sus monstruos más entrañables. Los recortes de revistas (papel couché) y los rompecabezas para retratar el flujo indiscriminado e incesante de las imágenes de los media, ya sean alta o baja cultura, de crucial importancia o deleznables, públicas o privadas.

Vik Muniz 
CAC Málaga 
Clausura: 2 de diciembre

  Bookmark and Share

La Fragua celebra dos años de apuesta por la creación actual en el medio rural

$
0
0
Un vista de la instalación de ATOI en el Convento de Santa Clara. Foto: Cortesía de los artistas
Redacción / Ars Operandi

La residencia de artistas La Fragua de Belálcazar celebra en estos días su segundo aniversario con un intenso programa que pretende "consagrar ciertas ideas puestas en práctica" desde la apertura de la residencia en enero de 2011. Se trata de festejar la efemérides con un ciclo de actividades en la que artistas y visitantes "tomen conciencia de la capacidad del arte contemporáneo para recuperar la conciencia de espacio público como algo perteneciente al ciudadano y susceptible a ser intervenido". En éste sentido, afirman desde el centro "las prácticas de creación contemporánea que proponemos, promulgan con la idea de descentralizar el concepto de patrimonio material, haciendo de los monumentos y del propio pueblo algo vivo, al tiempo que ensancha patrimonio inmaterial, más allá del folklore". Una consideración del medio rural que, como viene siendo habitual desde la génesis de La Fragua, huye de la consideración de lugar  bucólico y de retiro, y que aspira a convertirse en un espacio para "la crítica, la creación y el nacimiento de nuevos movimientos".

El programa de actividades se abre con la inauguración de la exposición de uno de los artistas residentes, Alex Catt, quien muestra el trabajo fotográfico realizado en el viaje desde The New Forest (Inglaterra) hasta Belalcázar y la exploración de sus alrededores que llevó a cabo durante el pasado mes de octubre. Una propuesta al hilo de experiencias psicogeográficas que asume  el viaje a través del paisaje "sin un camino concreto, simplemente guiado por las emociones". Otros artistas internacionales que han desarrollado sus proyectos en La Fragua como el noruego Christian Höel  y las alemanas Julia Krause-Harder y Lutz Pillong exponen sus trabajos en el Ayuntamiento de Belalcázar y en el Hogar del Pensionista. Se han programado sendas  visitas  guiadas por el equipo de La Fragua en las que se pretende ofrecer una nueva visión de cómo intervenir en edificios histórico-populares. Fuego de Christian Höel es un mural de 6 metros que mezcla la abstracción con elementos figurativos donde se aprecia la experiencia del artista noruego en Belalcázar. Por su parte Vuelo, es un dinosaurio a tamaño real de metal, tela y plástico fabricado por la artista con discapacidad Julia Krause-Harder y su asistente Lutz Pillong. La residencia de Julia Krause forma parte de la Beca Ikario para artistas con discapacidad patrocinada por un mecenas privado. Paralelamente, durante todo el fin de semana se puede acceder a Auction Revolution, una subasta internacional online que tiene el propósito de conectar directamente a artistas y mecenas de todo el mundo. El crítico de arte y comisario de exposiciones Juan-Ramón Barbancho presenta en la Casa de la Cultura su documental Penélopes: guardianas de la memoria, un trabajo que rescata la memoria de las mujeres que quedaron en sus pueblos mientras sus maridos o padres marcharon al extranjero por la emigración andaluza de los años sesenta. El propio Barbanco acompañado de Rubén Barroso pondrán en escena Estados de sitio, una performance que alude al régimen de excepción que un gobierno decreta ante situaciones que "no puede controlar o que quiere controlar mucho mejor". Para sus autores la práctica del arte y del status cultural se conforma como "un estado de sitio permanente, un régimen de alerta constante que requiere de una posición política, una posición situacional".

Los más pequeños son los protagonistas de La merendilla: pan con jícara de chocolate, un proyecto de la artista María Bueno que propone usar la fachada del colegio como espacio de creación y exposición público. Bajo el título Residencias de Artistas: qué pasa en España” una charla debate analizará las experiencias de las residencias de artistas de la mano de Rubén Barroso, director Sierra Centro de Arte, Santa Ana la Real, Sierra de Huelva y de Marta Gracia, encargada de programas de investigación de Hangar, Barcelona y directora de ArtMotile. ATOI, la pareja de artistas residentes compuesta por Amy Thomas and Oliver Irvine,  han preparado para la ocasión Final del valle. Tire del toro una performance que se basa en la idea de "crear una exposición donde elementos externos, fuera de control, actúen como fuerzas de colisión, instinto y energía". ATOI, que este verano presentaban sus trabajos en la Tate Britain disfrutan en Belalcázar de la Beca #007 de escultura que corre a cargo también de un mecenas privado. La Fragua culmina la conmemoración con la proyección de La Danza Degli Attrezzi l'aceituna de Niko Angiuli y Plough Through de Marina Velez. El trabajo de Niko Angiuli es un  proyecto de investigación sobre técnicas y tecnologías de cultivo en la era postindustrial y estuvo realizado con la colaboración del grupo de teatro de Belalcázar durante su residencia en el pasado mes de junio. Por su parte Plough Through es un trabajo en video sobre el entorno rural y en el que se pretende "investigar la producción de comida como una forma de vida". 

 Bookmark and Share

Memorias del otro exilio. Juan Ramón Barbancho presenta a sus Penélopes

$
0
0
 
 Redacción / Ars Operandi

El crítico de arte y comisario de exposiciones Juan Ramón Barbancho (Hinojosa del Duque, Córdoba. 1964) presenta en la residencia de artistas La Fragua, Penélopes, Guardianas de la memoria, un documental rodado en distintos pueblos de Andalucía como Santa Ana la Real,  Belalcázar y otras localidades colindantes, que trata de recuperar una historia  aún  viva a través del testimonio de un grupo de mujeres que ahondan en su memoria para establecer un relato sobre la emigración económica que tuvo lugar en la Andalucía de los sesenta. Son mujeres que al marchar sus maridos permanecieron en el hogar al cuidado de los hijos "guardando la casa y la memoria del que se fue y administrando los recursos que venían de fuera".

Las personas mayores de nuestra comunidad atesoran para Barbancho "múltiples anécdotas, vivencias de otras épocas, algunas pasadas y otras más recientes. Vivencias alegres y festivas, pero otras muchas que no lo fueron tanto. Vivencias que, queramos o no, forman parte de nosotros mismos, de nuestra idiosincrasia, de nuestra forma de enfrentarnos a la vida o de resolver los problemas". Las mujeres protagonistas de Penélopes se convierten con su testimonio en salvaguarda de una memoria  "plagada de olvidos, de recuerdos, de luchas por la supervivencia, de migraciones más o menos forzosas".  El proyecto de este documental hace referencia, para su autor, "a la memoria general del pueblo, pero vista de una forma muy especial. Queremos recuperar esa parte de la historia que aun está viva, pero hacerlo a través del testimonio de las mujeres mayores. Esto es precisamente la memoria que queremos recuperar, la de adentro, la de la esposa que vio a su marido partir, la que cría, cuida y alimenta a los hijos, la que se siente orgullosa cuando éstos salen adelante. La madre que mira en silencio cuando las cosas no salen como ella hubiera querido". 

Todos estos recuerdos, vivencias y pensamientos son narrados en primera persona por una mujeres que "habitualmente no han tenido la misma oportunidad que los hombres para contar sus cosas, e incluso para contárselas a ellas mismas. Afortunadamente las cosas han cambiado, pero cuando ellas eran jóvenes se quedaban habitualmente en sus casas, mientras que los hombres podían hacer de la taberna su ágora para discusiones –más o menos- inteligentes". Por esto, el proyecto, afirma Barbancho "no es sólo la creación de una obra de arte, que también, sino más bien la construcción de un documento social".  Para el director de Penélopes, la memoria "es un elemento indispensable, tanto en nuestras vidas como en las de las ciudades y sociedades en las que habitamos. Ella no sólo es parte de nuestro pasado, es la realidad de nuestro presente y con ella –o sobre ella- debemos construir nuestro futuro. Está encerrada en nuestras tradiciones y costumbres, pero también entre las paredes de nuestras casas, en las habitaciones, en los patios. A veces se deja entrever por las ventanas y, muchas veces, la vemos viva en un comentario de la gente por la calle, en el mercado, en las plazas. Las mujeres conservan esta memoria por varias razones. Una posible porque ellas están más atentas al discurrir de los asuntos cotidianos, eso es importante. No olvidemos que la historia no se hace con grandes gestos y ni la hacen las personas importantes". La historia, concluye, "la hacemos todos y todas, pero especialmente está tejida de asuntos sin importancia, de cosas del día a día. Esa memoria está aquí, la de adentro, la de la esposa que vio a su marido partir, la que cría, cuida y alimenta a los hijos, la que se siente orgullosa cuando éstos salen adelante". 

El documental, de 25 minutos de duración,  ha sido producido por Sierra Centro de Arte, a través de una beca de residencia de artista, además del auspicio de La Fragua Artist Residence y de la Fundación Audiovisual de Andalucía. En su elaboración Juan Ramón Barbancho ha contado con la dirección de fotografía de Neil Montgomery, quien se ha encargado también de las labores de montaje y postproducción. La producción ha corrido a cargo de Victoria Rodríguez y Javier Orcaray mientras que la narración ha sido realizada por Eva Rubio.

Bookmark and Share

Ficciones. Realidades subjetivas, al fin y al cabo

$
0
0
Javier Aguilera. Family (detalle). Foto del autor

 José Álvarez/ Comisario de la exposición

Ficciones, el título tras el que podemos contemplar la cuarta edición del proyecto Páginas de barro, muestra con claridad el deseo comunicativo de la presente exposición, que aspira una vez más a establecer la muestra desde dos vertientes: la intrínseca a cualquier proyecto expositivo con un fin último de la fruición de la obra de arte, en primer lugar, y el interés por proseguir en la consolidación del proyecto Páginas de barro como un referente en la investigación y difusión de la cerámica contemporánea.

Páginas de barro estableció, desde su creación en 2008, un punto de partida: el libro como metáfora de la portabilidad en la transmisión de ideas, de mensajes o de experiencias. El libro que, además de su contenido, posee valores propios en su función de contenedor —la tipografía, la impresión, la encuadernación, la ilustración y otros valores formales junto a los propios como resultado de ser un objeto manufacturado con un determinado peso, color, volumen o textura, entre otras muchas cualidades. Esta figura referencial, como alegoría del proyecto, permite a Páginas de barro abarcar un amplio horizonte en las diversas propuestas artísticas incluidas en el ciclo, tal y como podemos abordar en nuestro acercamiento al libro desde ambas perspectivas.

De este modo se pudo ver en la primera exposición (1) una selección de obras que tomaron como partida el famoso cuento de Lewis Carroll Alice in Wonderland, desplegando una particular visión del relato, sirviéndose de los particulares efectos conseguidos a través de la técnica cerámica que entroncaban con el comic y la ilustración.

Terra Libris (2), la segunda edición de Páginas de Barro, se encargó de mostrar al público las infinitas posibilidades que permite el trabajo con la arcilla y cómo la experimentación se inserta con normalidad en un discurso que puede adquirir tanto las prerrogativas usualmente asociadas a la pintura, como a la escultura o a la instalación. La muestra evidenció los trasvases que el arte contemporáneo admite entre las diversas técnicas, las cuales no solamente coexisten en la creación artística actual, sino que definen una nueva actitud de complementariedad y experimentación.

El tercer proyecto del ciclo, Palabras (3), simbolizó con su título, asociado a la muestra, las posibilidades que ofrece la palabra como metáfora del intercambio de pensamientos, una elección que culminó el recorrido trazado previamente por la imagen, protagonista de la primera edición, y el libro y sus páginas, eje de la segunda muestra de nuestro ciclo.

Es a partir de este momento cuando Páginas de barro queda consolidado —tanto por su calidad intrínseca como por la clara aceptación del público visitante— como un proyecto expositivo abierto en el tratamiento de la cerámica contemporánea, que deja de lado el formalismo académico y la compartimentación taxonómica, posibilitando la entrada en el proyecto de nuevas y más arriesgadas propuestas. El material y las técnicas cerámicas, día a día objeto de nuevas experimentaciones y descubrimientos, adquiere calidades y posibilidades que entroncan la técnica tanto con la pintura como con la escultura contemporáneas, dando así la medida de la versatilidad y la vigencia de la cerámica en el siglo XXI.

Ficciones es un claro ejemplo de las cualidades que dan consistencia al proyecto Páginas de barro, mostrando en una sola exposición tres propuestas que funcionan por sí mismas de modo independiente, con diferentes visiones interpretativas pero con un nexo que sirve para articular las diversas invenciones o cosas fingidas a las que alude el título de la exposición. Hisae Yanase, Javier Aguilera y Toño Pérez, desde sus diferentes posicionamientos estéticos, dotan a las obras de un propio y personal lenguaje, coadyuvando a la creación de una atmósfera irreal, en la que están presentes personajes muy peculiares. El conjunto es un espacio poblado por obras que transmiten al espectador el deseo imperioso de forzar más allá la comprensión formal del objeto artístico y dotar a la pieza de una nueva lectura, que irrumpe en lo simbólico. Son ficciones reales desde el momento en que por la acción artística, el mundo subjetivo del creador se concreta en la pieza trabajada, la obra final que dialoga con el espectador en el nuevo espacio al que ha sido destinada; del plano mental al físico.

Hisae Yanase. De la serie Sanagi (detalle). Foto: Rafael Martorell

Hisae Yanase renunció desde sus inicios artísticos a los modos de representación convencionales. All art is experimental, or it isn’t art, escribió el crítico Gene Youngblood en los años 60, y a esta máxima se ha ajustado Hisae a lo largo de su dilatada carrera profesional, dejando tras de sí un continuum creador que fascina por su constante mutabilidad, a la vez que permite detectar un estilo característico acentuado a lo largo de los años.

En Ficciones, Hisae presenta un gran bloque temático dedicado a la crisálida como forma y como metáfora, compuesto por las piezas Crisálida del aire y la serie Sanagi (crisálida, en nipón), que consta de un conjunto de piezas en esmalte envueltas y suspendidas, junto a una amplia selección de dibujos basados en la misma idea.

Crisálida del aire es una escultura organicista realizada con cerámica (gres, arcilla coloidal y reducción parcial), papel, hierro y algodón, de aspecto fusiforme, de 190 cm de altura y 100 cm de diámetro. Su acabado es el de una pieza rotunda, que une la suavidad de su cubierta de algodón a la frágil dureza de sus añadidos cerámicos. Suspendida en el aire, ligera en su voluminosidad, dotada de un casi imperceptible movimiento por inercia, Crisálida del aire pareciera esperar el momento de su eclosión, la transformación de su ser en otro estado. Es esta mutabilidad de las cosas la línea argumental que Hisae Yanase ha desarrollado en Ficciones y que encuentra su mayor visibilidad en la amplia serie Sanagi.

Sanagi como línea de trabajo parte de la obra homónima creada en el centro de arte La Fragua (Belalcázar, Córdoba) en 2011. El proceso de fabricación de la pieza fue registrado en video por Julia Soler, grabación que permite al espectador acercarse al desarrollo creativo desde su inicio y que se incorpora a la exposición por su interés documental.

Sanagi, la crisálida, es quizá una de las metáforas que mejor se ajustan a la creación artística por su condición de proceso de maduración y superación de estadios. Es obvia asimismo su relación con la gestación en el vientre materno; el tiempo de espera, el deseo de conocer lo porvenir y la inquietud por éste. Las crisálidas de Hisae, suspendidas tras su velo, esconden tras su aparente hermetismo e inaccesibilidad una vida minúscula, una novedosa conexión con el universo manga en forma de personajes kawaii (4). Estos chibi mocosos, niños traviesos, son generalmente presentados en la cultura otakucon propósitos cómicos por su imprevisibilidad infantil. En Sanagi,los chibi se han instalado en las esculturas, de las que emergen de sus recovecos y hendiduras, escalando sus topes o apareciendo desde cualquier ángulo, dispuestos para sorprendernos.

Si en este caso vemos un guiño de Hisae Yanase a la cultura popular contemporánea japonesa, para Javier Aguilera el mundo manga y animese establece como clave en el desarrollo iconográfico y temático de su obra. Javier Aguilera crea unas esculturas, escenografiadas en ocasiones, que pueden destacar en un primer momento por su virtuosismo técnico pero que encierran un más amplio mensaje que el que aparentemente se nos ofrece. La crítica, ácida y descarnada, está presente junto al humor negro en gran parte de su obra, encontrando en Ficciones muestras de este planteamiento en trabajos como Dream, en el que un obrero de la limpieza se encuentra viviendo una pesadilla, encerrado en una jaula repleta de graffitis, sin poder hacer uso de su pistola de limpieza. De entre los graffitis advertimos el legendario tag de Muelle(5), una asunción de la tradición que Javier Aguilera reconoce abiertamente y que establece como nombres referenciales en su obra a maestros como Auguste Rodin es esencialmente rodiniano el acabado de la escultura God of War, obviando lógicamente al Angry Bird y nombres que van de Ron Mueck a Evan Penny o Samuel Salcedo, combinando de este modo el acabado suelto con el placer por la minuciosidad, lo que resulta un importante contraste con la mayor parte de los artistas que trabajan la escultura hiperrealista en la actualidad. El graffiti también surte de su iconografía propia a la obra de Javier Aguilera, quien considera que algunas de las ideas más originales se encuentran hoy día en el arte callejero, salidas de artistas como Blek le Rat, Jeff Soto, Liqen o Blu, entre otros.

Javier Aguilera gusta de utilizar el cuerpo humano como vehículo expresivo en sus esculturas. Su fascinación por el anime le lleva a crear unas realidades compuestas por personajes particularmente sorprendentes, que evolucionan en los mismos escenarios que otros de apariencia humana. Hay un interesante componente narrativo en muchas de sus esculturas escenografiadas, que entroncan con el lenguaje cinematográfico y con la animación. También el videojuego, con su galaxia de freaks, juega un importante papel en la puesta en escena de Aguilera. The anaconda whisperer, por ejemplo, despliega a modo de diorama la lucha entre el héroe y el monstruo, en un paisaje acuático simulado mediante la fragmentación de las figuras, efecto visible asimismo en Kawaguchi Lake.

Como pintor, dibujante e ilustrador, las claves que utiliza Javier Aguilera remiten asimismo a su particular universo, una mezcla de influencias que, como hemos visto, dota a su imaginario de una enorme fuerza narrativa, como paradigma de la máxima aventura, la creación.

Toño Pérez. Sin título 1. Foto del autor

Toño Pérez es una de las grandes promesas en la cerámica contemporánea. Formado en torno a las escuelas cerámicas de Vigo y Nigrán, a cuyos Encontros ha asistido regularmente, alterna la cerámica objetual y la escultórica. Del primer grupo ha realizado exposiciones como Proyecto Teapot (2008) y Garrafas (2011), en las que ha aportado, más allá de la forma externa y el diseño del objeto, soluciones creativas a la fabricación de piezas utilitarias.

En Ficciones, Toño Pérez presenta diversas obras en refractario de alta temperatura con diferentes acabados, resultado de su continua experimentación en el medio cerámico. Sus esculturas poseen asimismo una dualidad organicista y mecanicista, con un interés común por el estudio de los volúmenes y las curvas.

Piezas como Sin título 1 y 2, nos muestran unas evocadoras apariencias que ofrecen diferentes niveles de apreciación y acercamiento. El tamaño monumental nos engaña con respecto a la escala a la que generalmente tratamos los elementos referenciales de sus objetos, asociados simbólicamente a lo vegetal. Obras como Shelter establecen asimismo un vínculo con lo orgánico que juega con la repetición y la acumulación, dotando a la pieza de un inusitado movimiento contenido justamente por su multiplicidad de elementos.

No es sencillo establecer en la obra de Toño Pérez que se muestra en Ficciones unas determinadas líneas de significación, ya que predomina en ella sus cualidades expresivas. La especificidad y relevancia de la que están dotadas se resisten a la interpretación, y hacen innecesario el discurso teórico que acompaña en demasiadas ocasiones a la obra de arte no narrativa. Es en este determinado planteamiento en el que el artista contemporáneo deja como corresponsable de la experiencia estética al espectador, que ha de afrontar directamente la propuesta final que conforma toda obra plástica, situada, a modo de reto, ante nosotros.

La abstracción, plasmada con una cuidadosa elaboración, por la complejidad técnica del proceso cerámico, trabaja en este caso como una continua transgresión del objeto presente para mostrarnos, de forma subyacente, las otras posibilidades interpretativas a las que acceden aquellos que se acercan a participar en la fruición de la obra de arte.

(1) La primera exposición del ciclo Páginas de Barro fue la titulada L’altro lato di cosa, original del artista italiano Mirco Denicolò. Se llevó a cabo en la Sala Capitulares del 22 de octubre al 21 de noviembre de 2008.
(2) Terra Libris inició las exposiciones en la Sala Galatea (Casa Góngora), contando con la participación de Daniel Caxigueiro, Alberto Hernández y Rafael Pérez. Se expuso al público del 9 al 30 de junio de 2009 y tras su presentación en Córdoba se pudo contemplar en Muel (Zaragoza), ciudad de profunda tradición cerámica durante los meses siguientes.
(3) Palabras contó con la participación de Alberto Andrés, Antonio I. González y Gabriella Sacchi. Se llevó a cabo en la Sala Galatea de noviembre a diciembre de 2010.
(4) Lindos, tiernos
(5) Juan Carlos Argüello (1966-1995) más conocido por su firma Muelle, fue, desde inicios de los 80 del siglo XX, el pionero en España de un estilo de graffiti denominado escuela madrileña.



Páginas de barro
Ficciones
Hisae Yanase, Javier Aguilera y Toño Pérez
Inauguración viernes 9 de noviembre, 19:00 horas
Sala Galatea (Casa Góngora)
C/ Cabezas, 3. Córdoba
Hasta el 30 de diciembre
Comisario: José Álvarez

Bookmark and Share

Artistas denuncian la deriva de la Fundación Rafael Botí

$
0
0

Redacción / Ars Operandi

Un grupo de artistas cordobeses se ha concentrado esta mañana en el exterior de la Sala Puertanueva para denunciar el desmantelamiento las políticas culturales que en materia de arte actual está llevando a cabo la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí. Los artistas han protagonizado una acción simbólica consistente en  llamar  a la puerta de la sala de Ronda de Andujar, la única en la ciudad que contaba con programación estable de arte contemporáneo,  que era gestionada por el ente provincial y que permanece clausurada desde junio de 2011.

Los creadores pretenden poner así de manifiesto la falta de implicación de la institución provincial que tiene encomendada la gestión, promoción y difusión de las artes plásticas. Tras el nombramiento por parte del gobierno provincial de un Consejo Rector muy alejado en su mayoría de los planteamientos de la contemporaneidad artística, no se le conoce a la Fundación Botí actividad significativa alguna relacionadas con el arte actual. Ejemplo de su falta de funcionamiento  es para los artistas la demora en el nombramiento de la Comisión Técnica que es el órgano encargado de dictaminar cuantas iniciativas lleve a cabo la Fundación y cuyos informes son necesarios para poder sacar adelante asuntos como el Programa Anual de Actuación o los proyectos de artes plásticas que puedan solicitar los municipios de la provincia. La Fundación Botí no gestiona en la actualidad ningún tipo de programa de ayudas a la creación contemporánea y de su agenda ha desaparecido por completo la producción de exposiciones de arte contemporáneo.  Los artistas reclaman de la institución el cumplimiento de la finalidad para la que fue creada y lamentan la pérdida un espacio expositivo que había logrado, en sus ochos años de andadura, hacerse un hueco dentro de la oferta de espacios de difusión de arte contemporáneo en nuestro país además de servir de ventana a la ciudadanía cordobesa de las últimas propuestas de la creación actual.

Bookmark and Share

Cerrado por huelga general

Ars Operandi Videos: Enantiodromía de Ángel García Roldán

$
0
0


Ars Operandi Videos aumenta su archivo documental con el video de la recién clausurada exposición del artista Ángel García Roldán celebrada en la galería Arte21 de nuestra ciudad. El artista cordobés, que transita habitualmente entre medios como el video, la fotografía y la instalación, presenta en esta ocasión una selección de sus últimos trabajos realizados en soporte pictórico. Aunque para su autor Enantidromía es "algo más que una exposición de pintura". En ella se muestra "una posibilidad creativa y todo el proceso hasta su definición". La enantidromía, el "correr en sentido contrario", es el argumento principal de una obra que "gira en torno al juego de los opuestos que en el arte y especialmente en la pintura son una parte indisociable de ésta". Para Ángel García Roldán la pintura convierte al lienzo en blanco "en algo que ya no recuerda en absoluto a la inicial tabula rasa a la que se enfrentaba el artista". Enfrentarse a esa "posibilidad de todas las posibilidades" implica para el artista "anteponerse mucho más que el resultado final que todos podemos percibir en el trasunto estético. Es una lucha sin tregua cuando el proyecto artístico se posiciona desde los conceptos de deriva o caos. Resulta inevitable encontrarse con estados de angustia y martirios que para el artista pueden formar parte de su vida real. Los estados de realidad a los que nos somete la creación, hacen uso de la deconstrucción como única arma liberadora ante lo que aun permanece oculto, misterioso y escondido detrás de la decisión final del ser creador".

La muestra, la segunda exposición individual que realiza en la galería, incluye una decena de lienzos de gran, medio y pequeño formato. Son obras que el artista pinta y repinta en un proceso que añade capas sucesivas de "desencuentros y acuerdos que nos obligan a percibirlas con una perspectiva distinta a la obra acabada". De esta manera las obras nunca están terminadas, "en todo caso a algunos les concede el derecho de permanecer, otros simplemente tienen una vida de continuos cambios". En esta "lucha de contrarios" García Roldán describe "el recorrido de derivas, vacilaciones y todas las posibilidades que se consideraron durante el proceso de creación a través de un gran friso, estructurado como un mosaico gigante, en el que se muestra gráficamente de todo el proceso creativo". En la vida, concluye, "no se cierran las puertas, se redescubren, se amplían y se ofrecen nuevas posibilidades de encuentro o desencuentro. Asumir la angustia que supone la creación puede ser una buena forma de asumir su complacencia y la felicidad que en todo caso puede ofrecernos. La deconstrucción es necesaria para entender todos los caminos posibles en la angustia de ser".

Bookmark and Share

Electra, de Lorena Pérez, en las Galerías del Cardenal Salazar

$
0
0
Sin título, fotografía deLorena Pérez, 2011
Ana Castillero / para Ars Operandi 

Desde el pasado miércoles 7 de noviembre, las Galerías del Cardenal Salazar acogen Electra, exposición de fotografía de Lorena Pérez con la que se retoma el proyecto iniciado con Ensamble, el pasado mes de marzo. Se trata de la primera muestra individual de  la fotógrafa  formada en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba.

Comisariada por Pablo Rabasco, profesor del Departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba, la exposición, formada por más de una veintena de obras de diversos formatos, permite contemplar “instantes, atardeceres, animales; vida y muerte son su medio de expresión junto a entramados urbanos desconocidos”. Asimismo señala Rabasco que “para Lorena la fotografía no es una afición, ni un reto; sus fotos son pedazos arañados de una vida, fragmentos intuitivos… su trabajo es introvertido, a veces onírico”. Tras más de diez años haciendo fotografía, proceso en el que huye de la técnica voluntariamente, Lorena Pérez trabaja “sin una intención artística consciente”, resultando una obra “llena de matices, de subjetividades captadas con su cámara analógica y su juventud como herramienta”.

Las Galerías del Cardenal Salazar, en la Facultad de Filosofía y Letras, forman parte de un proyecto que pretende crear un espacio de confluencia entre la investigación y la difusión de la creación contemporánea abierto tanto al ámbito universitario como especialmente a la ciudadanía, dirigido por Pablo Rabasco, junto a un Consejo Asesor del que forman parte profesores del mismo centro y de otras facultades además de artistas y profesionales del mundo del arte y la cultura. Para Pablo Rabasco, el proyecto "pretende ser un espacio flexible, abierto y dinámico, que desde la Facultad de Filosofía y Letras, desde el centro histórico de la ciudad, se acerque a expresiones novedosas y valientes de la cultura contemporánea".

Lorena Pérez 
Electra 
Galerías del Cardenal Salazar 
Facultad de Filosofía y Letras 
Plaza del Cardenal Salazar, 3, Córdoba 
Comisario: Pablo Rabasco 
Hasta el 10 de diciembre

 Bookmark and Share

Cosecha de otoño

$
0
0
Blue Icon 02. obra reciente de Fernando M. Romero
Redacción / Ars Operandi

La temporada de otoño se presenta especialmente fecunda para un buen número de artistas cordobeses que en estos días multiplican sus citas expositivas a lo largo del territorio nacional amén de algunas incursiones en plazas europeas. Una actividad inusitada que contrasta con el débil pulso de una ciudad que ha visto disminuir considerablemente en el último año su oferta de arte actual. En estos momentos sólo dos salas institucionales, Galatea y Cardenal Salazar y dos galerías privadas, Arte21 y Carmen del Campo programan exposiciones de arte contemporáneo. La crisis económica y los estragos de la postnocapitalidad han dejado en el camino a espacios tan señeros para la agenda cultural cordobesa como la sala Puertanueva, además de provocar el cierre de otros fundamentales para la diversidad de la oferta como la Sala Iniciarte y las galerías Clave y Tula Prints. Ante este estado de cosas han surgido al fin las voces discordantes de los artistas que evidencian el desmantelamiento progresivo de las políticas culturales. La acciones artísticas llevadas a cabo en este sentido en los últimos días -tanto en el avión cultural como ante la clausurada sala Puertanueva- dan cuenta de un punto de inflexión en el que los artistas además de denunciar las carencias y situaciones comienzan a ofrecer otros modos de encauzar la resistencia activa. Prueba de este cambio de rumbo constituyen la progresiva implantación en la ciudad de las organizaciones que articulan el sector del arte como el Instituto de Arte Contemporáneo o la Unión de Artistas Visuales de Andalucía y el florecimiento de varias iniciativas que de modo silvestre plantean estrategias alternativas afrontadas siempre desde la autogestión y el trabajo comunal.
Obra de Jacinto Lara en Vánitas
De este modo en una antigua fábrica del polígono de Chinales crece El Arsenal, un espacio de "creación masiva e interferencias artísticas" surgido de la iniciativa de un grupo de artistas de diferentes disciplinas "en respuesta a la demanda de espacios y recursos vinculados a la actividad creadora". Para la temporada de otoño han preparado un nutrido programa de actividades que incluye cursos y talleres impartidos por artistas visuales como Antonio Blázquez, quien está realizando un curso de arte urbano callejero, o Marisa Vadillo y Pilar Mayorgas, que dirigirán talleres de pintura y fotografía respectivamente. Al otro lado de la ciudad, en las faldas de la sierra, se ha presentado El Viaducto, un proyecto auspiciado por el colectivo de coworking coSfera que propone un diálogo entre "las obras de los creadores y  los enseres y el ambiente propio de la oficina". Su intención es albergar cuatro exposiciones por temporada, de dos meses y medio de duración cada una, y para abrir fuego han elegido una muestra de Manolo Garcés, que cuelga piezas inéditas sobre papel y de pequeño formato, ilustraciones originales del libro Sharaija murió con trece años, de Eduardo Chivite, y dibujos de series recientes. En pleno barrio de la Axerquía surge Blow Up, un espacio para la formación y la cultura fotográfica especializado en fotografía documental y de autor que contempla un programa de cursos, exposiciones, presentaciones y charlas desde el que abordar el estudio de la fotografía desde una perspectiva "renovada, fresca, y en continua evolución". La presentación de credenciales la realizan con una selección de obras de Salvi Danés de su serie Black Ice Moscow y anuncian próximamente talleres impartidos por los fotógrafos David Jiménez y José Guerrero.

Dispositivos para territorios de consumo Nº3, fotografía de M. A. Moreno Carretero en el CDAN
En el capítulo expositivo cabe destacar la presencia del lucentino Jesús Pedraza en Artíssima19, la feria internacional de arte contemporáneo que se celebra en Turín. Como parte del programa New Entries, Pedraza comparte stand de la galería PM8 con obras de Adan Vallecillo. El artista afincado en Madrid plantea una lectura crítica del sistema del arte con Museum für Moderne Kunsty Colección La Caixa, dos piezas que van "más allá del mero cuestionamiento del coleccionismo institucional para hablarnos de la importancia de la imagen y de la autoría en el contexto del arte". Fernando M. Romero prosigue su estancia en la capital alemana y expone sus trabajos en la Egbert Baqué, galería con la que trabaja habitualmente en Berlín. Durante estos días se puede contemplar Die Reise nach St. Petersburg/The Journey to St. Petersburg, una exposición colectiva en beneficio del grupo de punk ruso Pussy Riot. El artista cordobés presenta Blue Icon, un nuevo paso adelante en su trabajo de investigación sobre la representación pictórica. Ya en territorio nacional, Jacinto Lara mostraba su trabajo en  Vanitas, un proyecto exposición efímero, colectivo e itinerante de la mano de la comisaria Carlola Loveart, quien reunió a nombres como Fernando Bayona, Eugenio Merino o David Saro en torno al tema de la vanidad y la fugacidad. Sin salir de la capital madrileña Fernando Baena desarrolla durante este mes, junto a artistas como Valcárcel Medina o Elena Blasco, El soporte de la cultura, un trabajo procesual a modo de palimpsesto en el que los artistas intervienen sucesivamente con tiza en una serie de pizarras con el propósito de cuestionar las estrategias de divulgación de los fenómenos creativos.

Desterritorios IV, fotografía de Tete Álvarez en Paisaje después de la tormenta
En el CDAN de Huesca, se exhibe  Confluencias, una confrontación entre obras de la colección del centro entre la que figuran nombres como Tapies, Broto, Benjamin Palencia o Ignasi Aballi. El carpeño Miguel Ángel Moreno Carretero presenta las fotografías que documentan su intervención en el paisaje, Dispositivos para territorios de consumo, una pajita monumental de seis metros de altura que también forma parte de la colección del centro aragonés. Por su parte Tete Álvarez participa en Paisaje después de la tormenta, una selección de obras realizada por Nacho Ruiz  que se celebra en el Auditorio El Batel de Cartagena con trabajos de Muntadas, Jaar, Arce, Saro, Charris, Raúl Belinchón y FOD. Álvarez presenta fotografías pertenecientes a sus series Desterritorios y Campos de juego. En la capital andaluza una nutrida representación de artistas cordobeses están presentes en No se puede comer tanta carne, una muestra conmemorativa que se celebra en la Casa de la Provincia en la que los miembros de la generación del 92 de la Facultad de Bellas Artes comparten recuerdos, vivencias y casi un centenar de obras. Participan en la colectiva los cordobeses Ángel Corral, Javier Flores, Miguel Gómez Losada, Rafael Lucena, Francisco Quesada, Alfonso Navarro y Manuel Castro Cobos. Fernando Sendra, por su parte, forma parte de De la web a la pared, un proyecto que nace de una convocatoria para artistas vía web y que ahora toma forma en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporánea Pablo Serrano.

El barranco (La pelea), óleo sobre lienzo de Miguel Gómez Losada en No se puede comer tanta carne
También de manera individual son varios los artistas cordobeses que presentan sus obras en estos días. Antonio Villatoro reúne en la Casa de la Juventud de Estepona, Classical, una nueva serie pictórica de carácter figurativo en la que versiona grandes obras de la historia del arte como La Gioconda, La Resurección de Giotto, La joven de la perla, Las Meninas o El caballero de la mano en el pecho. El Laboratorio de las Artes de Valladolid presenta WannaBe, una videoinstalación interactiva de Solimán López en la que mediante diferentes dispositivos de captación de imagen,  plantea un juego con el espectador en "una simbiosis orgánica de contenidos donde se confunde lo real con lo fingido o ficticio". Mientras, la pareja de artistas formada por Verónica Ruth Frías y Cyro García vuelven a exponer sus obras de manera conjunta en Narraciones(Extra)Ordinarias, una muestra celebrada en la Escuela de Arte de San Telmo de Málaga que reúne proyectos comunes como Pájaros en la cabeza o Tonto el que lo lea así como creaciones individuales de ambos artistas.

Bookmark and Share

Sema D'Acosta traza medio siglo reciente de fotografía en Andalucía

$
0
0

Fotografía de Gonzalo Puch para Stand by _012
Redacción / Ars Operandi

Sabemos por Derrida que es en el borde donde se plantean siempre los más desconcertantes problemas de topología. Si hablamos, como en este caso de fotografía, debemos concluir que son las cuestiones que rodean al hecho fotográfico las que, a la postre, acaban enriqueciéndolo. Las ingentes posibilidades que atesora el medio residen justamente allí donde éste colisiona con otros, en los "bordes porosos que favorecen la interacción con otras disciplinas y la emanación hacia otros campos". Es en esos  contornos donde se entabla un fértil diálogo, "un encuentro entre fronteras que además de resultar constructivo, ensancha su perímetro". Al igual que las periferias urbanas han ampliado el sentido de la metrópolis tradicional, la fotografía contemporánea ha desplazado su punto de interés desde un centro "alentado por una inflexibilidad de orden extemporáneo asida a la rememoración del ayer" hasta un nuevo territorio híbrido y fronterizo capaz de albergar sedimentos de diferentes niveles conceptuales. Quien así se manifiesta es el crítico y comisario de arte Sema D’Acosta, que en estos días publica Stand by _012, un trabajo de investigación que constituye la primera revisión del medio siglo reciente de fotografía en Andalucía y que viene a cubrir un hueco en la historiografía publicada sobre el medio. 

Desplazamientos, 2005. Fotografía de Chema Alvargonzález
Fruto de esta labor de prospección resulta una guía, Stand by _012, editada por la Fundación Valentín de Madariaga – MP, que constata el momento "especialmente próspero" que vive la fotografía en nuestra comunidad. Su "variedad, abundancia y viveza" dibujan una geografía en la que sería "imposible acotar un único territorio para referirnos a todos sus itinerarios". Entre el hecho documental que retratan las míticas instantáneas de Pérez Siquier en el barrio almeriense de La Chanca y la imagen-concepto habitual  en  nuestros días , el autor advierte un devenir en el que "el valor de la representación ya no reside en la excepcionalidad" y el fotógrafo pasa a convertirse en un "pensador de situaciones que utiliza una herramienta como la cámara para desplegar pensamientos, inspirar sensaciones o concebir estrategias de reflexión en torno a la realidad". A lo largo de la primera parte de la guía, el autor traza un estudio historiográfico que repasa los principales hitos de la fotografía en Andalucía en estos años. La segunda y más extensa compila una lista de autores fundamentales para conocer el pasado reciente y poder atisbar perspectivas de futuro. Una labor conjunta en la que D'Acosta se ha visto acompañado por un buen número de críticos y teóricos andaluces entre los que figuran José Ramón López, Óscar Fernández, Ángel Luis Pérez Villén, Fernando Martín, Jesús Reina, Juan Francisco Rueda e Iván de la Torre entre otros.

Roquetas de Mar. Almería, 1974. Fotografía de Carlos Pérez Siquier
La aparición del Grupo Afal en la década de los cincuenta supone el punto de arranque del que emana "una verdadera conciencia contemporánea caracterizada por el apego a la realidad y la búsqueda de lo auténtico". Afal significó todo un revulsivo para la disciplina fotográfica de la España del momento y fue el germen para la adopción de un nuevo posicionamiento ante el hecho fotográfico caracterizado por el rechazo frontal al academicismo imperante y la asunción de un compromiso con la realidad social del momento. Destaca Sema D'Acosta el papel medular llevado a cabo por Carlos Pérez Siquier, no sólo en la revista y el grupo Afal, sino como máximo impulsor de la corriente de la Fotografía Subjetiva que propugnaron en Europa artistas como Otto Steiner.

Secuencias Edipianas, 1975-1976 (fragmento). Fotomontaje de Luis Gordillo
Almería vuelve a ser también en la década de los setenta,  epicentro de la fotografía andaluza. Jorge Rueda asume la dirección de la revista Nueva Lente, una publicación muy imbricada con el grupo de la Nueva Figuración Madrileña. Rueda junto a autores como Manuel Falces propugnaba "una poética del absurdo a través de la radicalización de un discurso ambiguo y de tintes lúdicos". En su predicamento de irreverencia y desinhibición, explica  D'Acosta, "uno de los lemas más llamativos al que se agarraron fue el todo-vale, una consigna de exención que interpretaba la posición del fotógrafo como la de un artista descargado de los condicionantes que acarreaban los conocimientos técnicos o históricos". Mención especial requiere también para el autor la figura del sevillano Miguel Ángel Yáñez Polo, investigador y coleccionista insaciable de fotografía, que ha recopilado un extenso fondo fotográfico que alberga más de 300.000 documentos. Aunque la aportación de más calado para la fotografía andaluza de la época, resulta para Sema D'Acosta, la incursión en el medio del artista Luis Gordillo: "Es el trabajo más profundamente trasgresor de la época. Sus sondeos e investigaciones en torno a los métodos de construcción de la imagen tienden de manera premonitoria, al igual que ocurre hoy, a la hibridación y la aleación de lenguajes". Otros artistas plásticos como el cordobés Pepe Espaliú explora en su primera época las posibilidades del medio mediante las series de Barcelona,  una colección de fotografías intervenidas mediante hilo cosido o rotulador.
Número de la revista Photovision
En 1981 comienza a publicarse Photovision, un proyecto editorial bilingüe con distribución internacional, que contó en su consejo de redacción con la presencia de Joan Fontcuberta y del sevillano Ignacio González. Photovision responde, para el autor de Stand by _012,  a "las necesidades de una década distinta donde la fotografía, más asentada y cada vez más profesionalizada, empieza a ser tenida en cuenta por sus discursos y no sólo por sus imágenes". La transición española trae consigo, por un lado la irrupción de la prensa democrática y por otro la emergencia de movimientos propios de la cultura underground. En fotografía de prensa aparecen nombres como Gervasio Sánchez o Manuel Falces mientras que como testigo directo de la movida resulta indispensable el trabajo del gaditano Miguel Trillo. A mediados de los ochenta la fotografía empieza a hacerse un hueco en la programación habitual de las salas institucionales. De esta manera la Fundación Luis Cernuda o el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla comienzan a mostrar los trabajos de los grandes de la fotografía: Cartier-Bresson, Robert Capa, Robert Frank o Irving Penn . En Córdoba, la Posada del Potro mantiene un ciclo expositivo que permite dar a conocer obras de  Falces, Momeñe,  Schommer, Oriola o Isabel Muñoz entre otros. En las galerías comerciales, la introducción de la fotografía se produce de manera natural, "sin hacer ruido". Los artistas de la escudería de Juana de Aizpuru y La Máquina Española, "arrancaron desde la pintura y el dibujo para derivar al poco tiempo lejos de estos parámetros anclados en las prácticas académicas". Algunas de las aportaciones más importantes al devenir de la fotografía andaluza vienen de la mano de creadores educados en la tradición de las técnicas clásicas. Tanto Rafael Agredano como Gonzalo Puch inician en estos años una senda de trabajo, que llega hasta nuestros días, y que permite entroncar con las corrientes internacionales del momento. Próximo también a la revista Figura pero "alejado de cualquier corriente o moda",  Juan Francisco Isidro desplegó una obra fotográfica dueña de "una sutil poética de lo sencillo de una gran profundidad conceptual y una aguda sensibilidad.".

 A la salida del Gran Musical en la sala Consulado, 1983. Fotografía de Miguel Trillo
Los proyectos que surgen al amparo de la Expo de Sevilla dan contenido al arranque de los noventa, una década especialmente fructífera para la creación contemporánea en Andalucía. El proyecto Plus Ultra, comisariado por Mar Villaespesa o en lo fotográfico el Imagina coordinado por Manuel Falces en Almería, son referentes ineludibles ya de la historia cultural de la comunidad. Imagina, "la estrategia más ambiciosa y consecuente en el terreno de la fotografía que se promovió en España en la última década del siglo xx" reunió en Almería a grandes nombres de la fotografía internacional como Sebastião Salgado, Gabriela Iturbide, Martin Parr junto a referentes nacionales como Pérez Siquier o Gabriel Cualladó. Imagina alcanza su momento culminante con la visita de la leyenda viva de la fotografía, un Henri Cartier-Bresson que permanecía ya retirado de la vida pública a sus 83 años. Esta implicación del artista con el proyecto almeriense se convirtió en un "revulsivo" para la inminente puesta en marcha del Centro Andaluz de Fotografía, que en 1994 organizaría una antológica y posteriormente una retrospectiva con retratos realizados por el fotógrafo francés. En el mismo año el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla muestra Los Géneros de la pintura, un proyecto comisarial de Rosa Olivares y Gregor Nusser, que anticipaba "la senda de mixtura y aleaciones constantes por la que discurriría lo que estaba por venir, un camino hacia la indiferencia de la representación y la reelaboración de los significados de la imagen". Comprobamos que a estas alturas de los noventa la fotografía ha entrado de manera definitiva en todos los ámbitos del orden institucional. En el 94 se instaura el Premio Nacional de Fotografía que en años sucesivos sería concedido a tres fotógrafos  andaluces: Carlos Pérez Siquier, Gervasio Sánchez y Rafael Sanz Lobato. Instituciones como el Colegio de Arquitectos encargan el proyecto Sevilla x 15, quereunió a un buen número de fotógrafos, Javier Andrada, Atín Aya y Alejandro Sosa entre ellos, para documentar los cambios urbanísticos de la Sevilla de la exposición universal. Sosa elabora para la muestra una cartografía caleidoscópica que "cuestiona las coordenadas tradicionales inherentes a la fotografía, superando la simple estética de registro y creando una nueva percepción de la realidad que no impone un único punto de vista". El inicio del siglo  significó  para las galerías andaluzas su momento álgido y de mayor proyección. En 2002 son nueve las que acuden a ARCO y en todas la fotografía comienza a adquirir visibilidad y presencia. De entre ellas será Cavecanem "la sala que establece una apuesta más clara y convencida por la fotografía". Por el espacio de la calle San José pasaron grandes nombres de la fotografía española como Alberto García-Alix, Miguel Trillo o Mireia Sentís. Entre 1997 y 2003 se ponen en marcha los cuatro principales centros de arte con los que cuenta la comunidad. El CAAC, el Guerrero de Granada, el Picasso y el CAC Málaga programan habitualmente muestras donde la fotografía adquiere un protagonismo especial pero es en éste último donde han recalado las figuras de mayor peso en celebradas exposiciones individuales como las que llevaron a cabo Mapplethorpe, Gilbert & George, Thomas Ruff o actualmente Vik Muniz.

Paradis Inmobilier, 2011. Óleo sobre fotografía de Rogelio López Cuenca
La ambigüedad y sobreabundacia de lo icónico en la cultura de masas en este último decenio convierten, para Sema D'Acosta, a la fotografía en un medio "ambivalente que subvierte una y otra vez su sentido para ser al mismo tiempo una cosa y su contraria: por su propia condición está orientada hacia la copia y duplicidad infinita, pero tendemos a limitar su rango y enaltecerla como obra única". En este sentido, las tácticas de apropiación y resemantización puestas en práctica por Rogelio López Cuenca "no sólo evidencian los modelos habituales de representación impuestos por la sociedad, sino determinados estereotipos asumidos que no son más que clichés interesados generados por los poderes empresariales o políticos". Trabajos como el Archivo F.X. de Pedro G. Romero o las Fatigas de la muerte de Isaías Griñolo dan muestra del documentalismo como práctica artística, "un subgénero que transforma en material creativo la investigación sobre un fenómeno determinado o las relaciones que se generan entre un hecho social y su producción como obra de arte". Al repasar la nómina de artistas que han destacado en esta primera década de siglo, el autor repara en primer lugar en la figura del fallecido Chema Alvargonzález y su serie de maletas y ventanas. Las imágenes, ambiguas y dudosas, nos recuerda, "están tomadas en ciudades por las que había transitado, convirtiéndose así en un recuerdo evocador asociado a la idea de viaje". Los trabajos de Carlos Aires son paradigmáticos a la hora de crear atmósferas y lugares de representación. El resultado, indica Sema D'Acosta, es "envolvente e implica una preocupación escénica, que aun partiendo de lo fotográfico, se vuelve inevitablemente teatral". Gonzalo Puch viene desarrollando en las últimas décadas un trabajo que construye escenificaciones y que ha puesto en pie un discurso "en torno a la Ciencia y la Naturaleza que sitúa al ser humano en el centro de un territorio equívoco de falso conocimiento". Enfatizando el caracter plástico de la fotografía, los collages de Miguel Ángel Tornero "transforman las superficies en volúmenes para incidir en aspectos táctiles del formato o las texturas, una esculturización de la fotografía que se desentienden de lo narrativo y se adentran en lo sensitivo.

Sin título, 2011. Fotografía de Gonzalo Puch
En los intersticios entre la imagen fija y la imagen movimiento, en el territorio de la imagen-tiempo, sitúa Sema D'Acosta los trabajos de Tete Álvarez,  videos y fotografías que aunan "a partir de una semántica compartida" la instantaneidad y el movimiento. A María Cañas y Camino Laguillo les une el interés por desplegar la imagen fija en el transcurso de la imagen móvil. Mientras que Manolo Bautista se muestra como un "creador de paisajes verosímiles a partir de realidades paradójicas salpicadas de ironía, cuyas exquisitas videoinstalaciones nunca quedan desposeídas del todo de su condición fotográfica". A medio camino entre ambos medios se encuentran las obras del almeriense Lucas Gómez que "absorbiendo la lógica de montaje que se aplica en las narraciones cinematográficas une en una misma composición tomas dispares que pueden o no estar vinculadas". Otro recurso que trasciende la "mera función indicial" de la imagen resulta  "la labor diarística" que lleva a cabo Jesús Micó, "una crónica personal íntima a partir de situaciones cotidianas" que revela "un autorretrato extremadamente fidedigno de sí mismo y de sus vivencias". La impronta cinematográfica también está presente en las fotografías secuenciadas de Alejandro Sosa, imágenes que recuerdan "los movimientos de cámara usuales en cine como las panorámicas horizontales o el travelling, desplazamientos que sitúan la acción y facilitan la máxima información del lugar de los hechos". 

Dauphin Island XI, 2012. Fotografía de Dionisio González
Para el autor de Stand by _012, en los umbrales del siglo XXI la fotografía ha alcanzado "tal estatus de poder como medio visual absoluto, que en una cultura como la nuestra —volcada en la imagen, cada vez más gráfica y menos textual—, no sólo se permite suplantar a las antiguas Bellas Artes, sino que además las condiciona". En este sentido, artistas andaluces como Juan Carlos Bracho, los Mp&Mp Rosado, Jacobo Castellano, Mª Ángeles Díaz Barbado, Carlos Miranda o Miguel Ángel Moreno Carretero, "utilizan la fotografía desde un territorio propio que, sin ser estrictamente fotográfico, se mueve con libertad por esta demarcación expresiva que les resulta eficaz para exteriorizar ideas y materializar conceptos o intuiciones". Explica Sema D'Acosta que algunos de los argumentos principales que han caracterizado la producción contemporánea a nivel mundial en la última década tienen que ver con el reconocimiento de la ciudad y sus límites. Ejemplar resulta el trabajo del granadino José Guerrero que "centrándose en la difusa frontera que se establece entre lo rural y lo metropolitano, ausculta las oscilaciones de un territorio en continuo cambio al albur del afán urbanizador del hombre, una zona en conflicto donde las urgencias de la ciudad colisionan con la calma sosegada del campo". La  ciudad ha sido también campo de reflexión en la obra de Jorge Yeregui.  Yeregui incide especialmente en el valor simbólico de la naturaleza y en la percepción que de ella tenemos en las grandes urbes metropolitanas. Sus trabajos sobre naturaleza, arquitectura y sociedad constatan un "sucedáneo de concordia que apacigua nuestro compromiso ecológico al tiempo que fundamenta una cierta concienciación medioambiental". Desde un presupuesto "diametralmente distinto" las fotografías de José María Mellado, bien conocido por sus estudios sobre el rango dinámico, están dotadas de un "énfasis artificial" que les confiere un efecto hiperrealista que técnicamente lo enzala, desde lo digital, con los trabajos sobre el Sistema de Zonas de Ansel  Adams. La arquitectura en la ciudad contemporánea es también el escenario donde construye Dionisio González su reconocidos collages fotográficos. González, "sin duda el fotógrafo andaluz de mayor proyección internacional", desarrolla un trabajo que lo lleva explorar zonas desestructuradas de la ciudad contemporánea para elaborar unas construcciones que hablan en gran medida de sus propios habitantes,  "personas que viven en la opacidad, que no existen para el gobierno y crean sus propias normas de supervivencia en guetos inaccesibles que son retratados por el autor en amplias panorámicas que altera con prototipos tridimensionales pensados como soluciones de habitabilidad".

Los Salazares, 2007. De la serie Las Tres Mil Viviendas, Sevilla. Fotografía de Pierre Gonnord
Además del impulso que le proporcionan a la fotografía los artistas andaluces, el medio goza en esta última década en la comunidad de un nivel de visibilidad acorde al resto de las manifestaciones artísticas. Para Sema D'Acosta una "figura básica en la difusión y consolidación de este lenguaje en el sur" es la de Francisco del Río. Su labor como responsable de artes plásticas en la  Caja San Fernando y posteriormente en Cajasol permitió la convocatoria de las becas de fotografía que sirvieron para que artistas como Héctor Bermejo, Pepe Florido, Gabriel Campuzano y Juan del Junco pudieran llevar adelante sus proyectos. En su haber destacan muestras como las dedicadas a Brasaï o Xavier Ribas aunque del Río prestó siempre especial atención a los artistas andaluces, especialmente a jóvenes fotógrafos como Miguel Ángel Tornero o José Muñoz. Sema D'Acosta finaliza su repaso a lo acontecido en la última década de fotografía en Andalucía con un breve repaso a las exposiciones más significativas que se han podido contemplar en los diferentes espacios de la comunidad. Así señala la retrospectiva del Grupo Afal, comisariada por Laura Terré, la monográfica de Miguel Trillo e individuales como las realizadas por Moriyama, Bleda y Rosa o Candida Höfer todas ellas producidas por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Por su parte el Centro Andaluz de la Fotografía reivindicó las figuras de Jorge Rueda, Carlos Pérez Siquier y Emilio Morenati en sendas muestras itinerantes. Aunque para el autor  uno de los proyectos más interesantes vistos en este tiempo "por su capacidad dialéctica, originalidad, atrevimiento y atractivo", vendrá a ser Realidades, un delicado ejercicio de convivencia planteado por María de Corral entre  la pintura barroca del Bellas Artes de Sevilla y los personajes atemporales de Pierre Gonnord. "Una intersección enriquecedora que establecía entre unos y otros verdaderas analogías a partir de un tratamiento similar de la luz, el rostro y el color". Fruto de su estancia en la capital hispalense, el artista frances desarrolla una serie con los gitanos  del barrio de las Tres Mil Viviendas que resulta "una de las mejores de toda su carrera por su intenso humanismo, capacidad expresiva y dignificación del ser humano". De la programación del Centro José Guerro, el autor destaca Los colores de la carne, comisariada por Joan Fontcuberta y entre los proyectos más ambiciosos de este momento situa la doble exposición De lo Humano. Fotografía Internacional, que se pudo contemplar  en las sedes del  Museo Picasso de Málaga y del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en Sevilla. Dentro de las plataformas de apoyo y fomento de la fotografía en nuestra comunidad destaca por su prestigio el Premio Internacional de Fotografía Contemporánea Pilar Citoler, que en dos de sus seis ediciones ha sido obtenido por los fotógrafos andaluces Juan del Junco y Jorge Yeregui. La Fundación Valentín de Madariaga ha apostado de manera especial en los últimos años por desarrollar actividades específicas en torno a la fotografía andaluza. La guia que ahora publica es continuidad de proyectos como la exposición Mundos propios. Perspectivas y variaciones en la fotografía andaluza de hoy, comisariada para la fundación por el autor de Stand by _012, Sema D'Acosta. El crítico y comisario de arte es también responsable  de AfterPost. Más allá de la fotografía, producida por Iniciarte, la exposición reunió a artistas andaluces, nacionales e internacionales y supuso un primer acercamiento al decurso de la fotografía contemporánea en Andalucía. La guía se completa con una serie de textos críticos elaborados por distintos autores que versan sobre los 86 fotógrafos más relevantes de los últimos cincuenta años.  El listado de fotógrafos se ha organizado en  21 secciones y conforme a la manera de enfrentarse al hecho fotográfico y entender la imagen, la guía situa a cada uno en un territorio concreto definido mediante una etiqueta. Así encontramos denominaciones usuales para el medio como Fotoperiodismo, Retrato, Bodegón, Paisaje o Naturaleza junto a otras novedosas como Imagen y Concepto, Performance, Mise en scène, Identidad femenina o Metafotografía. La listade autores se completa con los tres hitos imprescindibles para conocer la fotografía andaluza del último medio siglo: el Grupo Afal, la revista Photovision y el Proyecto Imagina.

Sema D'Acosta 
Stand by _012
Edita
Fundación Valentín de Madariaga – MP
Sevilla, 2012

ISBN: 978-84-616-0619-1

232 págs.
 
 Bookmark and Share

Un silencio atronador

$
0
0
Antonio Blázquez durante la performance. Foto: Paco Nevado

Pablo Allepuz / para Ars Operandi

Emplazarte vuelve a tomar la calle; la plaza Abades, para ser más concretos: el lugar que vio nacer dicho proyecto y que, periódicamente, deviene escenario durante unas horas. Es mi primer contacto con esta iniciativa y no sé qué me voy a encontrar, de modo que llego unos minutos antes para familiarizarme con el ambiente, con el público, con los artistas: Antonio Blázquez; el teatro-laboratorio Raquel Toledo, dirigido por Irene Lázaro; y Belén Romero.

Desde mi soleada posición, los veo inmersos en los preparativos, colocando un cordel jalonado de cartulinas que crea un perímetro ficticio. Cuando está cerrado, nos agrupamos dentro del metafórico redil para escuchar una lectura poética acerca de la sociedad, su ruido y sus silencios. Ahora estamos en una ciudad –un país– y ejercemos el rol de ciudadanos; o, más bien, de súbditos. Sin que nos demos cuenta, un grupo de personas pinta bocadillos de cómic en el muro de hojas; y éstas ya no son hojas sino ideas que penden de un hilo, comentarios vacíos cuyo mensaje fagocitó el panem et circenses hace tiempo. El característico sonido del aerosol chista a la arenga poética y acaba por acallar su voz, que desaparece mientras los performers nos fuerzan a caminar cada vez más rápido, cada vez de una manera más errática: se genera el caos, parte del público franquea las ideológicas fronteras huyendo a un lugar más seguro en una triste pero patente fuga de cerebros; quienes todavía permanecemos dentro, incapaces de movernos con autonomía, mostramos un idéntico aturdimiento chocando los unos con los otros, convertidos en títeres que sólo cuidan de no enredar sus hilos con los demás.

Y de pronto todo cesa: silencio; literalmente, des-concierto.

Se han parado y nosotros, por supuesto, también. Nos reparten las ideas, que ahora vuelven a ser papeles; pero papeles teatrales que la realidad nos impone y que debemos representar: unos ya definidos, otros en blanco para rellenarlos nosotros. A tal efecto nos entregan un rotulador de falsa libertad, con el que creemos escribir nuestros destinos. Pero nada evita que los actores formen un grupo en el centro, conformando un solo organismo que respira al unísono, cada vez más fuerte, más violento… hasta que explota en mil pedazos. Una vez desenmascaradas, las personas están indefensas, y buscan refugio en los brazos de los espectadores. Desde el frío suelo de la escena, una chica fija sus tiernos ojos en los míos, que no pueden más que ver cómo mi mano se extiende de una forma natural e involuntaria para ofrecerle ayuda; una ayuda que acepta sin dudarlo hasta el punto de fundirse conmigo en un abrazo.

El aplauso da paso a la lectura final, el manifiesto de Emplazarte, que a través de la cultura reivindica el derecho de los ciudadanos a utilizar las calles. Pocos minutos después nada queda de la actividad, la plaza vuelve a la normalidad como si nada hubiera ocurrido: esa es la magia del arte urbano.

Foto: Paco Nevado

Ello nos hace plantearnos algunas preguntas: ¿debe el arte comprometerse con la realidad e intentar cambiarla? Adorno escribía que tras Auschwitz no podría haber más poesía. ¿Debe limitarse, pues, a ser un arma política? El arte tiene una entidad al margen de cualquier utilidad o utilitarismo que le queramos imprimir: más allá del mensaje que se quiera comunicar está el propio arte, el hecho de que una ciudad como Córdoba pueda disfrutar de este tipo de acontecimientos. Eso, y no otra cosa, es lo importante.

Dado lo reciente de esta plataforma y, por ende, la formación del posible público –no hemos de olvidar nunca el carácter abierto de sus convocatorias–, se trata de una apuesta arriesgada: conceptual, con todo lo que ello conlleva; un poco maniqueo, quizá por esta misma razón; integrador, pues se dan cita en el espectáculo muy diversas tendencias. De este último aspecto se deriva el principal problema –que, sin embargo, no desmerece el trabajo conjunto–: la atención del público recae en la excelente acción teatral, de la que es partícipe, pues su potencia eclipsa tanto la lectura poética como la música. Los lenguajes que se manejan requieren tratamientos distintos y conjugarlos supone ocasionales superposiciones, una falta de equilibrio que si bien puede pasar desapercibida, sería deseable subsanar para próximos eventos mediante una concepción (más) unitaria del mismo.

 Bookmark and Share

El sector del arte denuncia la situación de la Fundación Rafael Botí

$
0
0

Obras de J.M. García-Parody y Rogelio López Cuenca en Discursos interrumpidos, celebrada en 2005 en la sala Puertanueva
Redacción / Ars Operandi

Las principales organizaciones que conforman el sector del arte a nivel nacional y andaluz, Instituto de Arte Contemporáneo y Unión de Artistas Visuales de Andalucía, han hecho pública una carta abierta a la presidenta de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí en la que expresan su "profunda preocupación por el progresivo desmantelamiento" de la fundación y denuncian el "continuo incumplimiento de las finalidades, funciones y competencias que establecen sus estatutos". 

 En la misiva las asociaciones resaltan el papel de mecenazgo artístico llevado a cabo por la institución provincial  en los últimos 150 años "que ha posibilitado la formación de un buen número de artistas cordobeses además de conformar un extenso patrimonio artístico indispensable para conocer la evolución de las bellas artes en la provincia en los últimos tiempos". Y recuerdan que numerosos artistas cordobeses de épocas recientes como Rafael Romero de Torres, Mateo Inurria, Ángel López Obrero, Rafael Botí, Pedro Bueno, Alfonso Ariza o José Duarte  fueron becados o disfrutaron de una pensión para estudios por parte de la Diputación Provincial.

 La Fundación Rafael Botí, afirman desde IAC y UAVA, recogió en 1998 "el testigo de esta labor de mecenazgo y puso en marcha un programa de apoyo a las manifestaciones artísticas contemporáneas, pionero en Andalucía, que demuestra ahora también su validez al comprobar como los principales exponentes del arte cordobés en la actualidad han contado a lo largo de su trayectoria con el apoyo de la institución que Vd. preside".

Desde las organizaciones del sector defienden que la labor de la fundación resultaba un importante aporte a la oferta cultural cordobesa y recuerdan que la mayoría de los grandes eventos artísticos recientes han sido producidos desde la propia institución. "Baste recordar iniciativas como las magnas exposiciones dedicadas a Romero de Torres o Mateo Inurria, y otras como Modernstarts -con obras de la colección de Pilar Citoler o El patio de mi casa que gozaron todas de gran repercusión nacional e internacional". Lamentan también la desaparición de la sala Puertanueva, "cerrada y sin visos de programación venidera", que según afirman "había logrado hacerse un hueco en estos últimos ocho años dentro de la oferta de espacios de difusión de arte actual en nuestro país. Sus casi cuarenta exposiciones avalan una trayectoria que ha sabido conjugar en igual medida la atención a los contextos nacional e internacional con el apoyo a la creación y el comisariado de arte local".

Transcurrido año y medio desde la constitución del nuevo Consejo Rector de la fundación,  IAC y UAVA afirman no conocer de la institución actividad significativa alguna. También reparan en la  constitución del consejo, "formado por personalidades ajenas por completo al ámbito del arte contemporáneo", que "dificulta sobremanera la consecución de un adecuado Plan de Actuaciones". Las organizaciones del sector del arte denuncian de igual manera que "otras encomiendas que establecen los estatutos del organismo autónomo son reiteradamente incumplidas durante este periodo de tiempo. La organización de exposiciones, talleres, congresos, cursos, jornadas, seminarios y proyectos de creación contemporánea, la exhibición de sus fondos artísticos en condiciones adecuadas para su contemplación y estudio, el impulso a su conocimiento y difusión, el desarrollo de programas de educación y actividades de divulgación, el auspicio de una línea editorial propia que permita la divulgación de trabajos de investigación, la convocatoria de premios, los programas de formación, el apoyo a los creadores cordobeses mediante la convocatoria de becas, ayudas y subvenciones que garanticen el desarrollo de sus iniciativas y proyectos artísticos, son sólo algunos ejemplos literales de la falta de iniciativa de la institución que tiene asignadas las competencia en gestión, promoción y difusión de las artes plásticas".

Desde las organizaciones de arte aseguran que la publicación de informes de Intervención en los que se cuestionaron los gastos de funcionamiento de la fundación "no debería ser motivo para desmantelar un organismo que, al margen de presuntas irregularidades no debidamente esclarecidas por parte de la institución, cumplía suficientemente con los objetivos fijados en su constitución". Advierten también de la no formalización  de la Comisión Técnica -órgano formado por especialistas en materias relacionadas con las artes plásticas que habría de dictaminar de cuantas iniciativas lleve a cabo la fundación y cuyos informes son necesarios para poder sacar adelante asuntos como el Programa Anual de Actuación o los proyectos de los municipios- y lo ponen como ejemplo "de la parálisis a la que se ve sometida la fundación desde el inicio de la reciente legislatura". En este sentido, expresan su inquietud al afirmar que "la desidia con que el Vicepresidente de la fundación y Diputado de Cultura está abordando su cometido al frente de la institución, hace temer que la intención última sea la dejar fenecer por inactividad a un organismo que resulta, desde nuestro punto de vista, indispensable para articular las políticas culturales a las que ha de responder la institución provincial".

La próxima apertura del Centro de Arte Rafael Botí es también motivo de preocupación para los profesionales del arte y al respecto advierten que "hasta el momento no se ha convocado concurso alguno para su puesto de dirección ni se ha aclarado cuál será su política de exhibición y plan de usos". Las organizaciones recuerdan que según establece el Documento de Buenas Prácticas en Museos y Centros de Arte Contemporáneo que suscribieron las asociaciones del sector del arte y el Ministerio de Cultura, "la elección de los directores de los centros de arte habrá de realizarse mediante el procedimiento de concurso". El documento, explican, "no tiene carácter normativo y sólo supone compromisos para aquellas instituciones que lo hayan asumido" aunque afirman que el Ministerio de Cultura hizo propias estas buenas prácticas y animó a que las administraciones autonómicas y locales las adoptaran.

 La carta abierta concluye con una invitación al diálogo con la administración "conscientes del escenario de recortes presupuestarios que afectan por igual a todas las instituciones" y convencidos de que la reducción presupuestaria "no ha de conllevar la desaparición absoluta de los programas de apoyo sino su reformulación desde unos planteamientos más austeros". Tanto el Instituto de Arte Contemporáneo como la Unión de Artistas Visuales de Andalucía, muestran su "disposición a abrir una senda de diálogo" y ofrecen su "experiencia y conocimiento para estudiar conjuntamente las acciones que redunden en una mayor difusión de las artes plásticas en la provincia". Finalizan reclamando la participación "activa" en la toma de decisiones que afecten al sector y solicitan que los órganos de gobierno de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí acojan a "contrastados profesionales"  e integren a una "representación colegiada" de las organizaciones con ámbito nacional y andaluz implantadas en la provincia de Córdoba.


Bookmark and Share

El cuaderno de apuntes de Pepe Espaliú

$
0
0
Pepe Espaliú, boceto de la escultura Four Provisional Suicides. Cuaderno Centauro, ca. 1989. Bolígrafo sobre papel

Redacción / Ars Operandi

Los trabajos de Pepe Espaliú vuelven a ocupar el espacio del centro de arte que lleva su nombre. Y lo hacen bajo el título de Pepe Espaliú. Apuntes y documentos, una muestra que reúne un amplio catálogo de piezas que incluye nueve obras no expuestas anteriormente en el centro (una de ellas de Julio Romero de Torres), libretas de apuntes y bocetos, bocetos sueltos, fotografías, documentos, folletos y manuscritos y  revistas de arte. Comisariada por José Mª Baez, la muestra incide sobre todo en el periodo mas valorado de la carrera de Espaliú, que va de 1986 a 1993, aunque, según señala el comisario, se ha pretendido ampliar el periodo haciendo públicos trabajos hasta ahora inéditos; una obra de gran formato realizada sobre papel en 1973 y dos piezas pintadas en Barcelona en torno a 1976-77. Catálogos, carteles, invitaciones y demás piezas de ephemera completan las que de forma habitual se muestran en el Centro de Arte Pepe Espaliú, posibilitando de este modo seguir documentalmente la trayectoria del artista.

Pepe Espaliú (Córdoba, 1955-1993), dejó tras su fallecimiento una serie de cuadernos de apuntes utilizados a lo largo de su carrera, los cuales, junto a los bocetos que se conservan, "adelantan los argumentos sobre los que basculará su trabajo". Los apuntes conservados de su etapa pictórica (1983-88), muestran para Baez "sinuosidades de explícita referencia sexual, formas vinculadas a la heráldica, siluetas de rostros y manos, entrecruzamiento de hilos tensados y guantes (que no sólo nos remiten a parámetros de ocultación sino a la más perversa imagen del autoritarismo), los encontramos en bosquejos de nervioso pulso. Realizados la mayoría de las veces a bolígrafo, la rapidez del trazo delata una cierta pulsión que lo incita al juego de las variaciones".

Espaliú abandonó la pintura en 1989, un procedimiento que para el artista era "mas mental que sensorial", trabajando sobre todo hasta 1993 el dibujo y la escultura. Los apuntes conservados muestran las anotaciones que el artista llevó a cabo de cara a la fundición o realización de muchas de sus piezas, incluyendo bocetos a tinta o grafito de éstas. Para el comisario de la muestra, los apuntes se realizaban en los últimos años con un inequívoco sentido testimonial, como el cuaderno llamado Mead Composition (1989-90), en el que los apuntes aparecen dibujados sobre papel recortado y pegado con posterioridad en el bloc, que conservan en ocasiones aún el precio y el lugar de adquisición, muchos de ellos en Nueva York. Son estos cuadernos finales "como una secuencia de los mundos frágiles y rotundos, enigmáticos y siempre hirientes, que le obsesionaron: textiles anudados y adheridos a planchas de hierro, campanas coronando herméticas cajas, jaulas duplicadas, caparazones de tortugas, peanas inclinadas por amenazantes barras, torsos y figuras femeninas huecas, botas y piernas, cuerdas, sillas, escobas... y la invocación a la compasión de los últimos meses: carryings y muletas".

La muestra revela también una faceta escasamente conocida de la trayectoria del creador cordobés, la de comisario de arte. Así organizó para la Galería La Máquina Española en Madrid  diversas exposiciones de artistas por los que sentía cierta predilección.  En 1988,  una muestra dedicada a Joan Brossa y en 1989, otra del belga Marcel Mariën. Posteriormente en 1992, y también para el espacio que dirigía Pepe Cobo, comisarió Un secreto fluir con obras de Barbara Ess, Julio Romero de Torres, Rosemarie Trockel y Cristino de Vera. Como testimonio de esta exposición, la muestra que hoy se inaugura cuenta con la presencia del retrato de María de Iruretagoyena, obra que seleccionó Espaliú del pintor cordobés y que se conserva en el Museo Romero de Torres de nuestra ciudad.

Pepe Espaliú. Apuntes y documentos 
Centro de Arte Pepe Espaliú 
C/ Rey Heredia 1, 14003 Córdoba 
Inauguración martes, 11 de diciembre, 20 h 
Hasta el 31 de marzo 2013 
Comisario: José María Baez

  Bookmark and Share

José Sánchez Muñoz y la fotografía de entre siglos

$
0
0

TRIBUNA ABIERTA

José Sánchez Muñoz. Visita de Alfonso XIII. Coche real en El Triunfo, 1903.
Imagen digital del negativo original al gelatino bromuro. Archivo Palacio de Viana.


Antonio Jesús González / para Ars Operandi 

La fotografía es un invento muy joven, apenas 175 años nos separan de la presentación oficial al mundo del descubrimiento de Joseph Nicephore Niépce y Jacques Mandé Daguerre1 allá por 1839. Desde entonces la fotografía se ha propagado por nuestra sociedad como un virus, convirtiéndose en pilar indispensable de la comunicación gracias a su lenguaje universal, reconocible y entendible por cualquier espectador de nuestra aldea global. 

Gracias a la revolución digital, hoy el acto fotográfico es algo tan trivial como meterse la mano en el bolsillo y sacar un teléfono con una cámara de 8 megapixels para hacer las fotografías de la reunión familiar y en el acto enviarlas al rincón más alejado del planeta. Las imágenes nos rodean, nos seducen y nos apabullan en cualquier lugar, ya sea en una valla publicitaria, en el último gadget tecnológico o en los tradicionales medios de comunicación. 

Sin embargo, esto no siempre fue así. Aunque quizás los más jóvenes no lo crean, hubo un tiempo en que una fotografía era un objeto de lujo que estaba sólo al alcance de las clases sociales más acomodadas. Obtener una instantánea de un ser querido no sólo podía costar más de lo que ganaba un obrero en un mes sino que, además, requería varios minutos de inamovible pose ante la gigantesca cámara del fotógrafo. Los más afortunados poseían una o dos fotografías en toda su vida y a muchos le realizaban su primer retrato ya fallecidos. 

José Sánchez Muñoz. La familia de José Sánchez Muñoz en un automóvil, circa 1900.
Imagen digital del negativo original estereoscópico al gelatino bromuro, detalle. Archivo Palacio de Viana.
Pero estas circunstancias son historia, porque la fotografía nació con dos genomas inmutables inscritos en su ADN: evolución y universalidad. Desde su forma primigenia la fotografía no ha dejado de mutar en dos direcciones: la tecnológica y la lingüística, estando ambas siempre interrelacionadas. Así pasó en 1871, cuando el médico británico Richard Leach Maddox2, aparentemente motivado por algo tan frívolo como el mal olor de las placas al colodión húmedo, descubre una nueva emulsión, los negativos al gelatino bromuro. Este hallazgo provoca en la fotografía decimonónica un terremoto de dimensiones bíblicas que vuelve del revés el mundo de la imagen y la proyecta hacia la modernidad del siglo XX. 

Los negativos al gelatino bromuro, también llamados placas secas o placas relámpago, aportaban técnicamente sólo dos cualidades novedosas sobre el resto de películas conocidas hasta la fecha, aunque determinantes para iniciar una profunda renovación del medio: 
1 El fotógrafo ya no tiene que emulsionar él mismo su placa instantes antes de realizar la toma y revelarla inmediatamente después. 
2 Estos negativos poseen una sensibilidad a la luz hasta 10 veces mayor, e irá en aumento, lo que permite a la cámara detener el movimiento y obtener fotografías con poca luz. 

Sin embargo, estos meros cambios técnicos van más allá y comienzan por transformar la producción comercial fotográfica, que pasa de ser una actividad artesanal para convertirse en un proceso industrial. Por primera vez los negativos se pueden fabricar y almacenar para usarse en cualquier momento, lo que conllevará una importante bajada del precio de los materiales sensibles. Estas modificaciones de la emulsión fotográfica permiten a los fabricantes de cámaras diseñar nuevos modelos, más reducidos y fáciles de usar. El ejemplo más popular es el de la mítica cámara Kodak 1, que se universaliza gracias al popular eslogan de su inventor: “Usted dispara y nosotros hacemos todo lo demás”. George Eistman3 no sólo crea una nueva cámara sino una nueva fórmula comercial al disociar por primera vez la toma del proceso de revelado. El fotógrafo, tras finalizar su rollo, enviaba su cámara a la firma americana, que se encargaba de revelarlo y devolverle las copias y el aparato con una nueva carga. Un sistema tan revolucionario que aún permanece vigente con ligeras modificaciones. 

José Sánchez Muñoz. Vía crucis de los ermitaños en las Ermitas de la sierra de Córdoba, 1895.
Imagen digital del negativo original estereoscópico al gelatino bromuro, detalle. Archivo Palacio de Viana.
 Unas mejoras que sin duda facilitarán la labor del fotógrafo profesional, pero que también lo sumen en una profunda crisis económica y de modelo comercial, ya que abren el hermético mundo de la fotografía a un nuevo tipo de usuarios: el fotógrafo aficionado. Ahora ya no hay que ser químico y saber manejar complejos aparatos para realizar una fotografía. Como pregonaba un anuncio de la época: “Todo el mundo fotógrafo sin estudio alguno”. Así, con esta facilidad, la fotografía se convierte en uno de los entretenimientos favoritos de la burguesía urbana de finales del XIX y comienzos del XX. Una nueva y seductora actividad de ocio que enamora a las clases acomodadas que dedican su tiempo a caza de imágenes. 

No obstante, este efecto mariposa todavía no se detiene aquí. La popularización del medio provoca una fuerte disensión entre los fotógrafos, quienes ven en esta masificación de la fotografía una agresión a su lucha por conseguir que el academicista mundo de las bellas artes acoja en su seno a la fotografía como una igual. En definitiva, unas disputas clasistas que aceleran la aparición del primer movimiento creativo de la historia de la fotografía: el pictorialismo. 

En sus primeros 40 años de vida la fotografía fue aplicada a todo tipo de temáticas, desde el retrato, al paisaje, el desnudo, la fotografía urbana, de viajes o monumental, así como a numerosas aplicaciones científicas y comerciales. Pero hasta entonces la mayoría de los fotógrafos siempre condicionaron su mirada al axioma de fotografía igual a realidad6. A partir de este momento algunos, en su afán por hacer de la fotografía un arte, buscarán nuevos caminos expresivos con los que diferenciar sus trabajos. Así nace el pictorialismo, un estilo fotográfico que imitará a la pintura, muy especialmente la prerrafaelista y victoriana, tanto en su estética como en sus temáticas4. Sin embargo, esta corriente generará una potente reacción inversa en diversos ámbitos del medio que darán a luz una sucesión de nuevos lenguajes fotográficos5, que la enriquecen y la convierten, por derecho propio, en un arte. Así, en apenas dos décadas la fotografía sufre su primera gran revolución y todo, gracias al modesto invento de una simple placa de vidrio. 

José Sánchez Muñoz. Mercado central de la Corredera en construcción, montaje de la armadura, 1894.
Imagen digital del negativo original estereoscópico al gelatino bromuro, detalle. Archivo Palacio de Viana.
José Sánchez, un fotógrafo aficionado 

Esta apasionante vorágine fue la que le tocó vivir a nuestro protagonista, José Sánchez Muñoz, un claro ejemplo del estereotipo de fotógrafo aficionado de la burguesía del último tercio del siglo XIX. Hoy en día, gran parte de su memoria y su legado es conservado por su nieto José Luis Sánchez Redel, al que debemos en gran medida la recuperación de este gran fotógrafo. José nació en Córdoba el 23 de Mayo de 1845 en la casa familiar de la plaza de la Corredera. Hijo primogénito de Engracia Muñoz y del prestigioso empresario liberal José Sánchez Peña. La desahogada situación económica de su familia le permite estudiar el bachillerato en el Liceo D´Angers en Marsella y empresariales en la Escuela Superior de Comercio de París, una formación de elite que completará con estudios en Londres. En 1869, tras finalizar su formación, vuelve a Córdoba, donde se encarga de la gestión de la industria familiar de sombrerería6. Una empresa modelo que, según las crónicas de la época, era pionera por el uso del vapor en la manufactura de sombreros, así como en las avanzadas relaciones laborales con sus empleados a los que pagaba con justicia, llegando a compartir parte de los beneficios de la empresa, o proporcionándoles asistencia sanitaria. 

En el año 1873 su padre se retira y José asume la dirección de la industria familiar. Durante la visita del rey Alfonso XII a Córdoba en 1877, Sánchez Muñoz recibe el título de proveedor de sombreros de la Real Casa y comendador de la real orden de Isabel la Católica, distinciones y honores que también recibió del gobierno de Francia, ya que fue nombrado vicecónsul del país vecino en Córdoba y miembro de la Real Academia Francesa. Años más tarde, la dura competencia en la industria sombrerera le obligará a cerrar su fábrica y a embarcarse en un nuevo proyecto comercial con la construcción del mercado de abastos de la Corredera, por el que hoy es aún recordado en su ciudad7. Este edificio, de estilo de la arquitectura del hierro, transformó el paisaje urbanístico de la Corredera al instalarse en el centro de la plaza durante más de 50 años. 

La relación de José con la fotografía se inicia en la infancia, como hemos comprobado en el álbum familiar, poblado con algún daguerrotipo y numerosas tarjetas de visita, en las que aparece retratado en varias ocasiones. Exactamente no se conoce como dió sus primeros pasos en el medio, pero sin duda será una de sus grandes aficiones, muy especialmente por su dedicación a la fotografía estereoscópica que ocupa la mayor parte de su producción fotográfica. 

A esta inclinación por hacer sus fotografías hay que unir el gusto por retratarse en los mejores estudios de la ciudad, como los de Esperón y Palomares, Molina o Almenara. También cabe destacar su intensa relación personal con algunos de estos profesionales, como con el granadino Rafael Señán, afincado en Córdoba, al que José fotografía con su familia y del que nos han llegado numerosos negativos de sus obras más conocidas en el archivo personal de Sánchez Muñoz. A ello podemos sumar otra posible relación con el gran reportero cordobés José Montilla, con quien José debió de compartir algunas jornadas fotográficas, ya que hemos encontrado un par de imágenes estereoscópicas de José miméticas a una conocidísima fotografía de Montilla de los ermitaños de la sierra. Así mismo hemos encontrado numerosas imágenes en la colección de José de otros prestigiosos profesionales de la fotografía cordobesa, como Romualdo de Castro o José Nogales, que le regalaban algunas de sus vistas estereoscópicas. Además es muy probable que José Sánchez formara parte del primer germen de asociación fotográfica cordobesa, la Peña de amigos de Agustín Fragero8, que en 1910 reunía a un amplio grupo de aficionados en los famosos cafés de la calle Gondomar para intercambiar impresiones de sus ensayos fotográficos. Un grupo activo de aficionados que se caracterizan, al igual que José, por el uso del formato de fotografía estereoscópica en sus distintos tamaños y soportes. 

José Sánchez Muñoz. La familia de José Sánchez jugando a la gallinita ciega, circa 1900.
Imagen digital del negativo original estereoscópico al gelatino bromuro, detalle. Archivo Palacio de Viana.
El 3D 

Hoy día relacionamos la imagen tridimensionalidad con el reciente fenómeno de éxito del cine en tres dimensiones, así como con sus ultimísimas aplicaciones en televisión o videojuegos. Sin embargo, la fotografía posee una dilatada historia en el mundo del 3d. Desde su mismo nacimiento, los investigadores buscaron solventar dos importantes carencias que limitaban la fotografía como sinónimo de realidad: el color y la bidimensionalidad. Aunque la solución definitiva del color se postergaría durante casi un siglo, el logro de la fotografía en tres dimensiones no se hizo esperar. Y ello gracias a los descubrimientos del científico británico Charles Wheastone, quien en 1839 fabrica el primer prototipo de estereoscopio. Un complicado artilugio que permitía ver dos dibujos geométricos como uno solo en tres dimensiones. Wheastone pensó en aplicar la recién inventada fotografía a su aparato, pero el gran formato de su visor requería unas copias demasiado grandes para la época, por lo que abandonó su perfeccionamiento. Sería David Brewster quien consigue desarrollar en 1849 un nuevo visor de unas dimensiones muy reducidas y fáciles de usar: el visor Brewster. Este nuevo sistema de hacer y ver fotografías en tres dimensiones necesitaba de dos cámaras o una con doble placa y objetivo para realizar dos tomas simultáneas en el mismo plano. Así, las dos imágenes conseguidas tenían una pequeña desigualdad, la diferencia del ángulo de visión con las que habían sido realizadas, el cual imitaba la distancia de separación entre los ojos de una persona que es de unos 65mm. Esta distancia era reproducida en el montaje de las dos copias y al observarlas con el visor estereoscópico se conseguía apreciar el efecto tridimensional de profundidad entre los objetos fotografiados. El éxito de la estereoscopia propició la utilización de todo tipo de soportes fotográficos, desde el daguerrotipo a los positivos de cristal y por supuesto las copias sobre papel a la albúmina o al gelatino bromuro. No obstante, su gran éxito lo propició el pequeño tamaño de las cámaras y la luminosidad de las mismas, que hacía de ellas aparatos muy fáciles de manejar. Esto junto a su formato de imagen cuadrado, que facilitaba el encuadre y las composiciones, atrajeron durante varias décadas el interés de los numerosos fotógrafos aficionados. 

Con la estereoscopia no solo nació una nueva moda de hacer y coleccionar fotografías entre las clases acomodadas de la incipiente sociedad consumista, sino que también creará una industria de grandes dimensiones económicas. Su tremenda popularidad la convirtió, salvando las distancias, en la televisión del siglo XIX y el primer mass media de la historia. La enorme demanda del mercado favoreció la creación de importantes compañías especializadas en fotografía estereoscópica, como la BK o la Underwood and Underwood. Estas empresas producían al año miles de vistas estereoscópicas con ingentes tiradas de fotografías de las más variadas temáticas, muy especialmente de paisajes y monumentos de todos los rincones del mundo. 

Entre las primeras compañías extranjeras que disponían de fotografías de Córdoba en este formato se encuentran la casa Gaudin, editor parisino especializado en estereoscopia que en el año 1858 contaba en su catálogo con nada más y nada menos que 31 vistas de la ciudad9. El francés afincado en Sevilla Luis León Mason10, será otro de los pioneros que fotografíe la ciudad con este sistema en 1856, mostrándonos entre su colección una de las vistas más antiguas que se conocen del interior de la Mezquita. En cuanto a autores locales, el ambulante Gregorio Melia11 es el primero que oferta la realización de vistas dobles de la ciudad en el año 1857. A este le seguirán fotógrafos clásicos cordobeses como García Córdoba o García Ayala. Entre los fotógrafos aficionados sobresalen en el periodo de entre siglos el empresario adamuceño Hilario Solano y la figura del gran agitador fotográfico de la capital el óptico Agustín Fragero, quien trabajaba esta especialidad, de forma pionera, en su modalidad de transparencia en color, mediante la emulsión al autocromo. 

José Sánchez Muñoz. Detalle de la fábrica del Puente Romano junto a la Puerta del Puente, 1894.
Imagen digital del negativo original estereoscópico al gelatino bromuro, detalle. Archivo Palacio de Viana.
Sus fotografías 

La colección de José Sánchez está formada por cerca de 2.000 positivos estereoscópicos realizados entre 1890 y 1915, mientras que de sus negativos de cristal al gelatino bromuro apenas se han conservado la mitad. Los positivos están montados en los habituales cartones de 175 por 100mm que requería la estereoscopia para su observación con visor. La imagen, siempre algo menor, es de 80 por 80mm que proporcionaban los negativos al copiarse por contacto. Estos últimos se encuentran hoy día custodiados en el Archivo Histórico de Viana tras su donación por Enrique Melchor, uno de los herederos de José Sánchez. Para observarlas José poseía un bellísimo visor para vistas estereoscópicas con una capacidad de 100 vistas, donde además de sus propias fotografías también visionaba otras adquiridas de compañías y profesionales tan prestigiosos como la norteamericana Keystone o el granadino Señán. Tal era su pasión por la fotografía estereoscópica que incluso muchas de sus fotografías bidimensionales las duplicaba para imitar falsas estereoscópicas y poder así verlas en su visor. 

La cantidad de obras que nos ha legado sería suficiente para que Sánchez Muñoz ocupara un importante lugar entre los fotógrafos aficionados cordobeses, pero además su trabajo posee un alto valor histórico documental del periodo de entre siglos en la ciudad de Córdoba. Son muy pocos, por no decir el casi único conocido, los archivos de fotógrafos, aficionados o profesionales, de esta época que se han conservado en la ciudad. El paso del tiempo o el desinterés de posteriores generaciones han sido causas demasiado comunes, lo que ha propiciado que archivos completos de grandes fotógrafos acabaran en el cubo de la basura, perdiéndose un legado histórico de un enorme valor. Además, el carácter minucioso de José multiplica el valor documental de sus fotografías, ya que él mismo las databa y las describía, técnica y temáticamente, en el dorso de cada cartón de sus vistas estereoscópicas o en las cajas de sus negativos. Una importante información que hoy nos permite identificar sucesos y lugares. 

Además, José Sánchez supo captar con su cámara toda la Córdoba de su tiempo, y cuando decimos toda es porque su interés no sólo le hizo fotografiar, como los profesionales, las distintas vistas monumentales de la ciudad o las típicas fotos familiares de los aficionados, sino que se lanzaba a retratar todo aquello que veía y le llamaba la atención: crecidas del río Guadalquivir, descarrilamientos de trenes, las minas en Cerro Muriano, imágenes de Semana Santa, procesiones, romerías, visitas ilustres, corridas de toros, escenas de peroles, maniobras militares y todo suceso importante que pasara en Córdoba era recogido por su cámara, de forma similar a como lo hace cualquier reportero del siglo XXI. 

Asimismo, sus fotografías más triviales, las familiares, son un documento social muy revelador del modo de vida de la burguesía de provincias a la que Sánchez Muñoz realiza un nítido retrato. En estas imágenes el fotógrafo nos muestra su vida social, aficiones o viajes vacacionales a ciudades como Sevilla, Málaga, Granada o Madrid. Un completo mosaico de la sociedad de su tiempo que remata al dirigir también su cámara hacia todo tipo de personas con las que se relacionaba, desde trabajadores, a religiosos o militares. Bellas escenas de la vida cotidiana, quizás no de una extraordinaria calidad técnica, pero que si nos muestran la sencillez vital de un tiempo y una época ya pasada y retenida para futuras generaciones por sus instantáneas. 

Notas 

1 Niépce realiza las primera fotografías, el las llamará heliografías, de la historia en 1818. Años más tarde se asocia con Daguerre al que traslada todos sus avances. Su fallecimiento en 1833 y el desinterés de su hijo permite que toda la gloria del invento recaiga sobre la figura de su socio, quien bautiza el invento con su propio nombre, daguerrotipo. 
2 No obstante, las placas al gelatino bromuro no se cormecializarán hasta 1880 tras las mejoras realizadas por los investigadores Richard Kennett y Charles H. Bennett. 
3 La casa norteamericana aplica el gelatino bromuro en negativos de pequeño formato sobre papel. 
4 El pictorialismo también mutará con el cambio de siglo hacia una estética más pictoricista bajo una fuerte influencia del impresionismo. En España este movimiento pervivirá casi hasta el fin de la dictadura del general Franco, por ensalzar el ideario del régimen, aunque en Córdoba apenas se han encontrado trabajos de autores locales. 
5 La fotografía será coparticipe e impulsora de los grandes movimientos creativos del periodo de entreguerras, desde corrientes propiamente fotográficas como la fotografía directa o la humanista, a las más destacadas corrientes de las vanguardias históricas: Dadaísmo, Surrealismo, Futurismo, Nueva objetividad o la escuela de la Bauhaus. 
6 La factoría y la vivienda familiar, inmortalizadas por Alfred Guesdon en una bellísima litografía aérea de Córdoba, se ubicaba en el antiguo edificio de la prisión y casa consistorial de la ciudad. Este inmueble es donde hoy se encuentra el mercado que lleva el nombre de Sánchez Peña, padre del fotógrafo, en la plaza de la Corredera. No hay que confundir este, con el mercado de abastos construido por José Sánchez Muñoz que se encontraba en el centro de la plaza y que estuvo abierto al público entre 1896 y 1959, año en que se demolió para edificar uno nuevo en el subsuelo de la plaza. 
7 El 6 de Julio de 1919 fallece José Sánchez Muñoz en Córdoba, gran fotógrafo aficionado y ejemplar industrial andaluz. 
8 De esta génesis nacerá el amateurismo fotográfico cordobés, que se afianzará en la década siguiente con la Sociedad Cordobesa de Arqueología y Excursionismo, que en el año 1918 funda el más importante certamen fotográfico de la ciudad: El Concurso de Arte de Córdoba. Está asociación organizó durante una década el primer salón fotográfico cordobés, el cual se caracterizó por su carácter abierto a la participación indistintamente de fotógrafos aficionados o profesionales. 
9 O. C. Juan Antonio Fernández Rivero, en Tres dimensiones en la historia de la fotografía. La imagen estereoscópica. Editorial Miramar, Málaga, 2004. Estas fotografías pudieron ser realizadas por Hennry Plaut durante una campaña que realizó por España en el verano de 1856, dato que sin duda la sitúa como la segunda colección cordobesa monumental más importante y temprana de cuantas se hayan localizado hasta la fecha tras los calotipos de E. K. Tenisson de 1854. 
10 Miguel Angel Yáñez Polo en Historia General de fotografía en Sevilla. Ed. N. Monardes, Sevilla 1997. 
11 Antonio Jesús González en La Mezquita de plata, Un siglo de fotógrafos y fotografías de Córdoba. Fundación Boti, Córdoba 2007.

El coleccionista de instantes. Archivo José Sánchez
Comisario: Antonio Jesús González
Sala Vimcorsa, Córdoba
13 de diciembre a 10 de febrero
Lunes a sábados de 10,30  a 13,30  y de 17,30 a 20,30
Domingos y festivos de 10 a 14

Bookmark and Share

Archivo Espaliú. Desvelos y cortinas

$
0
0

Jesús Alcaide/ Ars Operandi

El 28 de octubre de 2010 abría sus puertas en Córdoba el Centro de arte Pepe Espaliú, un nuevo espacio expositivo dependiente de la empresa de viviendas municipales Vimcorsa que entre sus objetivos iniciales tenía encomendados la difusión, interpretación y colección de una selección de las piezas del desaparecido artista cordobés.

Aunque la denominación inicial que se dio al proyecto como Centro de Documentación de arte y arquitectura contemporánea Pepe Espaliú a muchos nos llevaba a confusión, el devenir de estos dos años ha confirmado que se trataba de un espacio que iba a albergar una colección de piezas que el Ayuntamiento de Córdoba compró a la familia de Espaliú para su salvaguarda y difusión, entre las que se encuentran dibujos, fotografías, esculturas, instalaciones, videos y pinturas, así como un archivo documental que de una manera reducida pero efectiva nos invita a descubrir la obra del que ha sido el artista nacido en Córdoba más importante de la segunda mitad del siglo XX. 

Vista del patio del Centro de Arte Pepe Espaliú  de Córdoba. Foto: Ars Operandi

Tras las polémicas con el albacea testamentario de Pepe Espaliú y las promesas incumplidas de poder establecer en Córdoba una mayor colección de piezas del artista, desde el 2010 hasta hoy, dos años después, aquellos que nos dedicamos a la creación contemporánea hemos podido visitar el centro en más de una ocasión para conocer esta colección, pero poco se ha sabido de aquellos objetivos que este centro debía cumplir: difusión e interpretación de la obra de Pepe Espaliú. 

Después de la exposición que en 2007 Juan Vicente Aliaga y Ángel Luis Pérez Villén comisariaron para la sala de exposiciones Vimcorsa bajo el título Pepe Espaliú desde Córdoba, y tras la apertura del Centro Espaliú, el silencio volvía de nuevo a caer como un telón sobre la obra del artista en una ciudad acostumbrada a vivir de espaldas a su obra.

Cuaderno de bocetos de Pepe Espaliú. Foto: Ars Operandi

Hablar de Espaliú desde Córdoba duele y hacerlo hoy, en vísperas de que el próximo año se cumplan veinte años de su desaparición y aún nadie haya comentado siquiera la posibilidad de realizar una verdadera exposición seria y crítica sobre su trabajo y las vinculaciones que este ha tenido con múltiples aspectos de la creación contemporánea, el activismo social y los discursos de identidad, sólo hace que la herida cicatrizada vuelva a abrirse y supurar por la desidia y desinterés que esta ciudad ha demostrado hacia la poética de Espaliú.

Hecha esta introducción de los hechos, hay que felicitar a la nueva política cultural del Centro que, después del desértico pasado, y esperemos no sea espejismo, termine el 2012 e inicie el año con una exposición como Pepe Espaliú. Apuntes y documentos, que con el comisariado de José María Baez, antiguo responsable de la política expositiva de Vimcorsa y artífice, entre otros, de la posibilidad de poder tener hoy la colección de piezas que alberga el Centro Espaliú, nos invita por primera vez a poder interpretar la obra de Espaliú desde sus apuntes y bocetos y a conocer la importancia de su obra a partir de las publicaciones internacionales, catálogos y demás piezas que se insertan en un interesante discurso de afectos y recuerdos, apto para todos los públicos y especialmente para aquellos a los que la obra de Espaliú tanto nos interesa. 

Fotografía de Pepe Espaliú y Guillermo Paneque. Foto: Ars Operandi

A diferencia de otras extensas y amplias exposiciones como las que se han venido sucediendo desde el año 1994 en el ICA de Londres o el Pabellón Mudéjar de Sevilla hasta la retrospectiva que en el 2003 le dedicara el Museo Nacional Centro de arte Reina Sofía, la exposición actual se inicia con una serie de obras y documentos de Pepe Espaliú antes de ser Espaliú. Inaugurando la muestra con un cuadro de 1973 donde la influencia picassiana se deja entrever en una obra en la que los 18 años de Pepe Espaliú apenas apuntan hacia lo que sus últimas obras pudieron plantear, la exposición continúa con documentos de las primeras exposiciones de Espaliú en Barcelona, como el cartel de los trabajos realizados entre Noviembre de 1975 y Marzo de 1976 en Hospitalet de Llobregat o las inéditas piezas Variaciones sobre la imagen de Jean Arthur y el tetrabrik de leche Rania, ambas también de 1975 en las que la obra de Pepe parece verse influida por los procesos de repetición, seriación y proceso de algunas de las estrategias del arte conceptual, tan en boga en aquellos años en el área catalana con las obras del Grup del Treball y otros tantos que pronto aburrieron a Espaliú y a todos aquellos artistas que a finales de los setenta quisieron abrir el arte español a influencias externas desde las alegóricas disciplinas que dictaminara Owens en October y que años más tarde sirvieran a Jose Luis Brea para hablar de las nuevas estrategias alegóricas en el arte español

Pasada esta etapa de juventud o formación, como a la crítica histórica le gusta llamar, y que se completa en la exposición con documentos referidos a las exposiciones de 1983 en la Posada del Potro y en la desaparecida Galería Arc-en-ciel, ya en 1983 nos encontramos con la obra de Pepe Espaliú en el interior del número 1 de la Revista Figura y su relación con Guillermo Paneque y aquellos otros que formaron parte del grupo que desde Sevilla consiguió introducir en Andalucía las doctrinas de la posmodernidad cálida a lo Calabrese, como en el archiconocido manifiesto Titanlux y moralidad del también cordobés Rafael Agredano, otra de esas figuras a las que esta ciudad ha vuelto la espalda y apenas ha tenido en cuenta a la hora de trazar una historiografía del arte de 1957 hasta la actualidad. 

Carta enviada por Guillermo Paneque a Espaliú con motivo de la entrevista a Jose María Sicilia en la Revista Figura. Foto: Ars Operandi

Tras los interesantes cuestionarios de la revista Figura y los documentos de exposiciones como Pintado en Córdoba (1985), donde Espaliú compartió sala con el que ahora es comisario de esta exposición, José María Baez y la que realizó en el Espacio Andrés García Cubo en Marbella cuyo propietario fue el destinatario del relato autobiográfico titulado Libro de Andrés que Espaliú dedicó a Rafael Sierra, entramos de lleno en 1986, fecha clave para la trayectoria del artista cordobés y cita temporal de la que parten todas las exposiciones retrospectivas realizadas hasta el momento. 

De esta fecha, la exposición presenta documentos como la invitación de la exposición Ohne Title en La Máquina Española con Agredano, Cabrera, Guzmán y Paneque y texto de Mar Villaespesa y la hoja de exposición de la galería Barbara Farber en Amsterdam, aunque se echa de menos la foto de Espaliú con traje militar a caballo que cerraba el catálogo de la retrospectiva del MNCARS del 2003 y que tanto puede dar a interpretaciones posteriores de la obra de Espaliú desde un punto de vista de las relaciones con la ley y el orden y la hegeliana relación de dominación amo-esclavo, así como las lecturas SM que se han hecho desde los Santos y las máscaras de cuero apuntadas por Aliaga en alguno de sus imprescindibles escritos. 

Cuaderno de Pepe Espaliú. Foto: Ars Operandi




De algunos de los bocetos de este año y el siguiente mostrados al público por primera vez en esta exposición, surgieron piezas como Primavera belga de 1987 y las flechas que forman la parte superior del díptico Octubre, Octubre de 1988, mientras en la exposición se presenta la obra Alguien a quien salvar procedente de la Familia González-Espaliú, una pieza cuya figura curvada también aparece en alguno de los bocetos de la exposición y en la que el gesto o saludo marcial vuelve a condicionar una lectura en clave lacaniana. Esta pieza aparece catalogada como Sin título en el catálogo de la exposición del MNCARS mientras que el título aparecía adjudicado a otra obra realizada en técnica mixta sobre madera en la que una figura masculina mira fijamente los símbolos e ideogramas religioso-místico-ideológico-políticos que se posan sobre la yema de sus cinco dedos, cuestión que habría que dilucidar como una errata de identificación en alguno de los dos casos, el del MNCARS o esta exposición. 

 El siguiente año, 1988, es el año de la consolidación, del fervor del arte contemporáneo español, de los sevillanos guapos de los que hablaba Victoria Combalía y de algunas otras piezas como los Glovemakings de Espaliú y su relación con el cuerpo, la mano, la ocultación, el doble y la presencia, que en estos años marcarán los intereses de su obra. 

Sín título, escultura de hierro pintado de Pepe Espaliú. Foto: Ars Operandi

De ahí pasamos a 1989, una fecha clave en su obra y su trayectoria vital (si ambas pudieran diferenciarse), pues el despegue internacional de su obra, con exposiciones en Amsterdam y Nueva York, se ve oscurecido por la aparición de la enfermedad del SIDA, conocimiento que tendrá lugar ya en 1990 mientras residía en Nueva York. 

De la exposición en la galería Van Krimpen en Amsterdam se presenta un catálogo cuya oscura portada y reducido tamaño nos conducen a hablar de la idea inicial que el artista proyectó para esta exposición, intentar abordar el espacio rectangular de la galería como un cuarto oscuro, tal y como nos desvelaba Juan Vicente Aliaga en el texto monográfico del catálogo del MACBA, proyecto que no llegó a realizarse por cuestiones de índole personal, y que curiosamente años más tarde otro de los artistas interesados en el discurso queer, el cuerpo y la identidad como es Jesús Martínez Oliva llego a materializar en una sala de exposiciones desde su propia investigación sobre el cuerpo y las arquitecturas del deseo

Cuaderno con bocetos de Pepe Espaliú. Foto: Ars Operandi

Junto al catálogo de la Van Krimpen Gallery, aparece la publicación que nunca llegó a distribuirse de la Brooke Alexander Gallery de Nueva York, una oportunidad única para aquellos a los que no sólo nos interesa la obra de Espaliú, sino especialmente esta fecha clave, donde el ambiente neoyorkino de Félix González-Torres, David Wojnarowicz y Robert Gober, así como la dramática aparición de la enfermedad y su relación con el colectivo ACT UP tanto influenciarán su poética posterior. 

De lleno ya en los años del SIDA, la exposición presenta diversos cuadernos (Squash, Centauro, Salazar, Mead y otros sin identificar) refugios íntimos del artista en esta última etapa de su trayectoria que se ven reflejadas en obras como el Díptico de las sillas-caja de 1991 procedente de la Colección Carlos Bergara, poética metáfora de la inestabilidad, la caída y el vacío, que el artista plantea como espacio vital y personal en ese momento.
 
Escultura de acero de la serie El hijo pródigo. Foto: Ars Operandi

Encarando ya la etapa final de su carrera nos encontramos con el Espaliú más intenso, aquel que sabe que poética y política van de la mano, en un momento decisivo que afronta con la valentía y el conocimiento de saber que ahora no es que la vida tenga un límite existencial, sino que ahoraél es el propio límite

En estos momentos tienen lugar dos de los actos más importantes de su carrera, que aparecen recogidos en esta exposición, por un lado la exposición que comisarió para la Galería La Máquina Española y por otro lado el taller y Carrying que realizó en San Sebastián y Madrid en 1992. 

La primera acción tiene su importancia desde el punto de vista curatorial, al presentarnos a un artista que plantea en esta exposición un interesante flujo de afectos y guiños hacia su propia obra, desapareciendo en ella y presentándose a través de las manos de Barbara Ess, la figura ausente que sujetan las manos de la mujer en Julio Romero de Torres, el sadismo doméstico y la ausencia de rostro en Rosemarie Trockel y la metafísica limítrofe de Cristino de Vera, a los que Espaliú introduce con un texto que cada vez que lo leo, más intenso dolor produce. Es casi invierno y, una vez más, intento decir algo sobre unas imágenes que solo en silencio dicen. Fuera aún llueve, y mi vida, parece caer confundida en ese perderse del cielo en la tierra, en esa húmeda llamada que el más allá susurra goteando a un suelo dormido, …, acércate, acércate… 

Escultura de la serie Carrying. Foto: Ars Operandi

Y en este acercarse hacia el abismo, Espaliú encontró en el taller La voluntad residual. Parábolas del desenlace realizado en Agosto de 1992 en Arteleku y en las tres acciones que de él se derivaron, “este río es este río es este…”, “Lo que queda de la idea de Dios” y el archiconocido Carrying, que gracias a la enfermedad del SIDA había encontrado ese vacío conectado del que hablaba el activista de ACT UP John Greenberg en el escrito para su propio funeral en 1991, y que gracias a esas conexiones y afectos y a la valentía por sacar a la calle y las portadas de los periódicos la real existencia de los enfermos de SIDA, había conseguido no sólo hacer soportable su propia existencia sino también encontrar el verdadero sentido de su producción artística la compleja relación entre poética y micropolítica, esa invertida rosa con espinas que en uno de sus últimos se nos enfrenta a la imagen de un pene asaeteado por clavos simulando anillo Prince Albert. 

De la repercusión que esta acción tuvo en los medios da buena cuenta la exposición a través de diversos periódicos y magazines como El Europeo, así como del agradecimiento demostrado por Espaliú a todos aquellos que participaron e hicieron posible esa acción, en esa carta de agradecimiento general que forma ya parte de la colección del Centro, coda final para una exposición que esperamos sólo sea el inicio de un trabajo más intenso y serio sobre la obra de Espaliú, pues él así se lo merece y aquellos que seguimos apostando por la cultura como herramienta de transformación social también. 

No dejemos que el telón de silencio vuelva a caer sobre su carrera, pues cada vez costará más subirlo por el charco de lágrimas sobre el que cae.

Bookmark and Share

Juan Ramón Barbancho estrena Penélopes en la Filmoteca

$
0
0
Carmen Tapia (Belalcázar). Penélopes, Guardianas de la memoria, 2012. 24' 57". Juan-Ramón Barbancho

Redacción / Ars Operandi 


El crítico de arte y comisario de exposiciones Juan Ramón Barbancho (Hinojosa del Duque, Córdoba. 1964) presenta el viernes 21 en la Filmoteca de Andalucía Penélopes, Guardianas de la memoria, un documental rodado en distintos pueblos de Andalucía como Santa Ana la Real, Belalcázar y otras localidades colindantes, que trata de recuperar una historia aún viva a través del testimonio de un grupo de mujeres que ahondan en su memoria para establecer un relato sobre la emigración económica que tuvo lugar en la Andalucía de los sesenta. Son mujeres que al marchar sus maridos permanecieron en el hogar al cuidado de los hijos "guardando la casa y la memoria del que se fue y administrando los recursos que venían de fuera". 


El proyecto de este documental hace referencia, para su autor, "a la memoria general del pueblo, pero vista de una forma muy especial. Queremos recuperar esa parte de la historia que aun está viva, pero hacerlo a través del testimonio de las mujeres mayores. Esto es precisamente la memoria que queremos recuperar, la de adentro, la de la esposa que vio a su marido partir, la que cría, cuida y alimenta a los hijos, la que se siente orgullosa cuando éstos salen adelante. La madre que mira en silencio cuando las cosas no salen como ella hubiera querido". 

Todos estos recuerdos, vivencias y pensamientos son narrados en primera persona por una mujeres que "habitualmente no han tenido la misma oportunidad que los hombres para contar sus cosas, e incluso para contárselas a ellas mismas. Afortunadamente las cosas han cambiado, pero cuando ellas eran jóvenes se quedaban habitualmente en sus casas, mientras que los hombres podían hacer de la taberna su ágora para discusiones –más o menos- inteligentes". Por esto, el proyecto, afirma Barbancho "no es sólo la creación de una obra de arte, que también, sino más bien la construcción de un documento social".  Para el director de Penélopes, la memoria "es un elemento indispensable, tanto en nuestras vidas como en las de las ciudades y sociedades en las que habitamos. Ella no sólo es parte de nuestro pasado, es la realidad de nuestro presente y con ella –o sobre ella- debemos construir nuestro futuro. Está encerrada en nuestras tradiciones y costumbres, pero también entre las paredes de nuestras casas, en las habitaciones, en los patios. A veces se deja entrever por las ventanas y, muchas veces, la vemos viva en un comentario de la gente por la calle, en el mercado, en las plazas. Las mujeres conservan esta memoria por varias razones. Una posible porque ellas están más atentas al discurrir de los asuntos cotidianos, eso es importante. No olvidemos que la historia no se hace con grandes gestos y ni la hacen las personas importantes".

La cinta, cuyo pase previo se llevó a cabo en La Fragua Artist Residence de Belalcázar el pasado mes de noviembre, ha sido producida por Sierra Centro de Arte, a través de una beca de residencia de artista, además del auspicio de La Fragua y de la Fundación Audiovisual de Andalucía. En su elaboración Juan Ramón Barbancho ha contado con la dirección de fotografía de Neil Montgomery, quien se ha encargado también de las labores de montaje y postproducción. La producción ha corrido a cargo de Victoria Rodríguez y Javier Orcaray mientras que la narración ha sido realizada por Eva Rubio.

Juan Ramón Barbancho (dir.)
Penélopes. Guardianas de la memoria
Producción: Victoria Rodríguez Cruz y Javier Orcaray 
Filmación y montaje: Neil Montgomery 
Voz en off: Eva Rubio
Estreno en la Filmoteca de Andalucía
Viernes 21 de diciembre, 20 horas
Calle Medina y Corella, 5 
14003 Córdoba 

 Bookmark and Share
Viewing all 264 articles
Browse latest View live